(20 de agosto del 2020. El Venezolano).- Juan Guaidó, ha convocado este jueves a toda la oposición, «a pesar de las diferencias» internas que arrastran desde hace años, a acordar entre todos la ‘hoja de ruta’ para derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro.
Guaidó ha lanzado su mensaje en un vídeo difundido por redes sociales en el que explica que él y su equipo han elaborado «una agenda concreta de lucha y movilizaciones» que quiere presentar, debatir y enriquecer con las aportaciones de los demás actores de la oposición venezolana, precisó Europa Press.
El primer punto de esta agenda, ha indicado, es «denunciar, rechazar y desconocer el fraude parlamentario», como se ha referido a las elecciones a la Asamblea Nacional convocadas por el ‘chavismo’ para el 6 de diciembre.
En segundo lugar, el líder opositor ha abogado por «convocar al país a expresar su verdadera voluntad a través de un mecanismo nacional e internacional de participación masiva ciudadana».
También ha planteado «activar una agenda de acción y movilización nacional e internacional para lograr la actuación necesaria de la Fuerza Armada (venezolana), de la comunidad internacional y de cada uno de nuestros aliados».
Guaidó se ha mostrado convencido de que este «gran pacto unitario para enfrentar el fraude y salvar Venezuela» es la única forma de avanzar hacia el final de la «dictadura». «Todos los avances que hemos logrado en nuestra lucha los hemos alcanzado cuando lo hacemos juntos, con una estrategia monolítica de las fuerzas democráticas», ha recalcado.
Por ello, ha anticipado que en los próximos días se reunirá «de forma grupal e individual» con todos los partidos políticos y organizaciones sociales que se oponen al Gobierno de Maduro para terminar de diseñar esa ‘hoja de ruta’.
«Yo, Juan Guaidó, asumo mi responsabilidad pero sobre todo asumo el compromiso de continuar la lucha me cueste lo que me cueste y para lograrlo necesito el compromiso de todos ustedes», ha sostenido.
En concreto, ha mencionado a destacados opositores cuyo compromiso ha dicho respetar «a pesar de las diferencias». Así, ha aludido directamente a Antonio Ledezma y María Corina Machado, entre los más críticos con su gestión; a Henrique Capriles y Leopoldo López, predecesores suyos como líderes opositores; y a Julio Borges, Henry Ramos Allup o Manuel Rosales.
Guaidó ha subrayado que espera que cada uno de ellos dé «una respuesta pública y activa que demuestre la disposición común de devolver la libertad al país», incidiendo en que solo con una oposición unida se reactivará «la esperanza y la movilización del pueblo» venezolano, se «mantendrá y aumentará» el apoyo de la comunidad internacional y, en último término, se conseguirá «la actuación constitucional de las Fuerzas Armadas».
«Ha llegado el momento de dar un nuevo paso fundamental para el futuro de nuestra nación, porque el presente y el futuro de Venezuela nos pertenece a todos, no es solo de los dirigentes políticos ni de los partidos, nuestra lucha sobrepasa cualquier grupo y los une a todos. Convoco a todos los que sienten que les han tratado de arrebatar su país per siguen en pie de lucha. Venezuela nos pertenece a todos. Viva Venezuela libre y que caiga la dictadura», ha concluido.
NUEVA CRISIS INTERNA
Las próximas elecciones a la Asamblea Nacional, que son clave para resolver la crisis política en Venezuela, ya que si la oposición pierde su actual mayoría en el Parlamento Guaidó también perderá la legitimidad constitucional para mantenerse como «presidente encargado», han vuelto a abrir las heridas internas.
Los principales partidos de la oposición venezolana, el llamado G4 que integran Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, han optado por boicotear los comicios por considerar que no se dan las condiciones para que sean justos.
Sin embargo, algunas voces, entre ellas la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) –siempre alineada con la oposición, salvo esta vez–, han abogado por la estrategia contraria, esto es, promover una participación masiva de los detractores de Maduro para lograr una victoria tan contundente como la de hace cinco años.
Capriles, por su parte, ha exigido posponer la cita con las urnas para no alimentar «fantasías» que «lo único que generan en la gente es frustración». En su opinión, la oposición debe centrarse en atender la crisis humanitaria, pandemia incluida. «Cuando le preguntas a la gente qué opina de las parlamentarias te dicen: ‘¿Qué parlamentarias ni qué nada? Aquí lo que tenemos es hambre'», ha esgrimido estos días.
Además, se han reanudado los movimientos con miras a resucitar el diálogo entre el Gobierno y la oposición, precisamente con miras a pactar las condiciones que permitan celebrar unas elecciones reconocidas por todas las partes dentro y allanar así el camino para la solución de la crisis política.
En las últimas semanas, una delegación diplomática de Noruega –país que ya ejerció de mediador en el proceso de 2019– y el ex gobernador estadounidense Bill Richardson, que ha participado en proceso similares con Cuba o Corea del Norte, han viajado a Caracas.
Guaidó ha reiterado que la única propuesta válida es la que se quedó sobre la mesa en las fallidas negociaciones de Oslo y Barbados, que implica que tanto él como Maduro se aparten para dar paso a un gobierno de transición que resuelva los urgentes problemas económicos y sociales y guíe al país a elecciones «libres».
No obstante, Ledezma o Machado, entre otros, se han opuesto tajantemente a cualquier nuevo intento negociador con Maduro y los suyos augurando que sería una mera maniobra dilatoria. La jefa de Vente Venezuela ha declarado que, en su opinión, la única opción ya es la intervención militar.
BUENA ACOGIDA
De momento, el llamamiento de Guaidó parece tener buena acogida. El 4G ha aceptado la invitación del «presidente encargado» a través de una serie de mensajes en Twitter, al igual que COPEI o Encuentro Ciudadano.
«Conmigo cuenten incondicionalmente para luchar por: el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres», ha reaccionado, por su parte, Ledezma. «Para alcanzar esos objetivos es indispensable una sola estrategia, coherencia, hacer política con ética y procurar una intervención humanitaria con fuerza», ha añadido.