(11 de agosto del 2020. El Venezolano).- Durante las pasadas semanas he mantenido numerosos contactos con diferentes actores políticos venezolanos, tanto del régimen como de la oposición. El objetivo de esos contactos era evaluar las posibilidades de que las fuerzas políticas acordaran un marco para las elecciones legislativas convocadas para el próximo mes de diciembre. Trasladé para ello al gobierno de Nicolás Maduro las condiciones mínimas definidas por la oposición para un proceso electoral creíble.
Estas condiciones se referían a cuestiones básicas del proceso como el Consejo Electoral Nacional, la participación en pie de igualdad de todos los partidos políticos y de sus líderes cuya descalificación y persecución deben cesar, así como la observación electoral internacional.
En el contexto de estos contactos tomé nota de la declaración hecha pública el 2 de agosto por una representación amplia de los partidos políticos venezolanos, incluidos todos los representados en la Asamblea Nacional, en la que anunciaban su intención de no participar en las elecciones legislativas.
Durante este tiempo, la Unión Europea recibió una invitación del gobierno de Nicolás Maduro para desplegar una misión de “acompañamiento electoral”, un concepto que, como señalé a los interlocutores del gobierno, es ajeno a la práctica de la Unión. La Unión Europea necesita, para desplegar una misión de observación electoral, unas condiciones y garantías mínimas de credibilidad, transparencia e inclusividad, y la capacidad de observar sin interferencias con acceso completo a todo el proceso electoral.
Tras todos estos contactos con representantes y líderes políticos venezolanos debo concluir que, en estos momentos, no se reúnen las condiciones para un proceso electoral transparente, inclusivo, libre y equitativo. En mis contactos sugerí la posibilidad de ampliar los plazos electorales para dar respuesta a los requerimientos de la oposición. En respuesta he recibido una carta del Ministro de Asuntos Exteriores en la que me informa de un acuerdo en ese sentido con parte de la oposición. Es un paso en la buena dirección, pero insuficiente para que la Unión pueda estar en disposición de desplegar una misión de observación electoral. Para ello, sería necesario una respuesta precisa y ampliamente positiva a las condiciones mínimas planteadas por la oposición. He transmitido la carta a mis interlocutores de la oposición, así como a los Estados Miembros de la Unión a los que informaré más detenidamente en la reunión ministerial informal de Berlín, y a los integrantes del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela que convocaré para una reunión ministerial en un futuro próximo.