(16 de abril del 2020. El Venezolano).- Los atributos con los que durante años se destacó Monómeros como empresa líder en el sector de agroquímicos en Colombia, han ido menguando por los entramados en los que se ha visto envuelta en medio del conflicto que actualmente se vive en Venezuela. Esta empresa que desde siempre ha estado en el corazón de los barranquilleros se encuentra en una preocupante crisis a la que se le siguen sumando nuevas y graves denuncias.
Al ser Monómeros Colombo Venezolanos S.A una empresa propiedad del país vecino, no se ha salvado de las consecuencias por la disputa de poder entre Maduro y Guaidó. Su estabilidad económica se ha visto alterada por el manejo turbio de sus recursos, las restricciones y sanciones a las que ha sido sometida, los constantes cambios de sus directivos, entre otros hechos, que han desgastado su buena imagen y reputación.
Con más de 50 años dedicados a la producción y comercialización de fertilizantes, tanto en el caribe colombiano como en el pacífico, Monómeros ha demostrado su capacidad para atender el 40% y más del mercado colombiano de fertilizantes, así como la exportación de productos agroindustriales. Esta compañía considerada uno de los patrimonios industriales más importantes de Barranquilla, ha sido destacada en el ranking de las empresas más grandes del país, realizado por la Superintendencia de Sociedades, ocupando un lugar entre las 89 compañías con mayores ingresos en la Región Caribe.
Las restricciones impuestas por Estados Unidos al gobierno de Venezuela en el año 2017, hicieron que gran parte del mercado financiero colombiano retirara su apoyo a Monómeros y cancelara sus productos, dejándole profundas afectaciones que al día de hoy siguen pasándole factura a la empresa. En medio de la adversidad que significó esta nueva realidad, la petroquímica realizó un cambio en su modelo de negocio, recurriendo al manejo de esquemas financieros y comerciales alternos para poder mantenerse en operación, cubriendo la demanda de fertilizantes del mercado nacional y cumpliendo sus compromisos con clientes, proveedores, trabajadores y gobierno, pero sin la posibilidad de ejecutar operaciones comerciales en el mercado internacional.
Todos suponíamos que con el retiro de las restricciones por parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) en el año 2019, Monómeros lograría el restablecimiento de sus operaciones financieras y comerciales, lo que no imaginábamos era el alto impacto que causaría la desconfianza por la forma en la que actualmente se administra la empresa, que en menos de un año ha cambiado cuatro Gerentes Generales y un sin número personas en gerencias medias, además de las constantes modificaciones en la Junta Directiva, la cual actúa directamente en los procesos ejecutivos, violando y sobrepasando todas las funciones establecidas en los estatutos de la empresa.
Actualmente la compañía, que se encuentra controlada por el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, es administrada por una junta conformada por 5 miembros principales y 5 suplentes (residenciados en Barranquilla), a quienes Monómeros les paga todos los gastos, así mismo tiene designados 6 gerentes, incluido el gerente general, traídos de fuera con todos sus gastos cubiertos: alojamiento, comida, escoltas, viajes, dietas de 3000 USD para cada miembro que asista a las reuniones de junta, que se realizan 4 veces al mes, cuando los estatutos establecen 3 juntas ordinarias al año. Estas cuentas de servilleta que suman entre 3 y 4 Millones de dólares al año, son solo un ejemplo de la manera en la que esta nueva administración ha ido socavando las ya debilitadas finanzas de la empresa. Entre todo, llama mucho la atención y preocupa que Monómeros esté dirigida por personas que desconocen el negocio, sin ningún tipo de experiencia en la industria de fertilizantes.
Que la producción del año 2019 disminuyera en un 22% respecto al año 2018 y un 30% en relación al 2017, años en los que las sanciones de la OFAC fueron aplicadas en su máximo rigor, es una señal de alerta que el Gobierno colombiano debe atender. Nunca antes se había registrado una caída tan fuerte en su producción y en los volúmenes de ventas como la que presentó el año pasado, Monómeros hoy está operando de manera intermitente, las plantas suben y bajan carga según la disponibilidad de los inventarios.
La participación en el mercado local también ha disminuido a los niveles más bajos en su historia (35% respecto al 2017 y 2018 donde se tenía un 48%), los inventarios de insumos, repuestos y materias primas, están siempre en su mínimo de seguridad. Todo esto ha hecho que la situación actual refleje una imagen comercial negativa, desconfianza en los proveedores por incumplimiento en compromisos y contratos, y que se tengan clientes temerosos por incumplimiento en suministro de fertilizantes.
Solo en el Atlántico, Monómeros cuenta con 800 trabajadores directos y 1.300 indirectos, quienes se encuentran desarrollando sus actividades en un ambiente laboral de tensión en el que no existe una voz de mando que tome las riendas con liderazgo. Con una gerencia general que no ejerce correctamente sus funciones y que viola constantemente los estatutos de la compañía, los trabajadores se encuentran muy preocupados por el futuro de la empresa.
El sector de agroquímicos es de vital importancia para los colombianos dada nuestra vocación inminentemente agrícola, lo cual cobra mayor relevancia en estos momentos de pandemia mundial, situación que nos obliga a una mayor protección de la industria local pues vienen tiempos en los que nuestro país dependerá en gran medida de la producción interna de bienes y servicios. Proteger a Monómeros es indispensable para que se garantice la seguridad alimentaria en el país, no hay que olvidar que es una de las mayores empresas de abonos, plaguicidas y químicos de uso agropecuario en territorio colombiano.
Reconociendo la preocupante situación en la que se encuentra actualmente Monómeros y los graves descensos que ha registrado en los últimos meses, solicito al Gobierno Nacional intervenir cuanto antes esta petroquímica, que está siendo despedazada por sus directivos, es urgente que tome el control de la empresa y la regrese a sus buenos caminos. Hay que corregir de manera inmediata la crisis que está viviendo Monómeros, no podemos permitir que acaben con una de las empresas de productos agroquímicos clave en el sector agrícola y que compone uno de los principales eslabones en la cadena para garantizar la seguridad alimentaria en el país.
Con información de José David Name