(11 de noviembre de 2019. El Venezolano).- La oposición venezolana que busca la salida del poder de Nicolás Maduro podría albergar nuevas esperanzas tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia luego de semanas de protestas callejeras, aunque para que algo cambie debe lograr que las fuerzas armadas se pongan del lado de los manifestantes.
El júbilo a raíz de la renuncia de Morales dio a muchos en la oposición razones para creer que una combinación de manifestaciones y presión militar puede poner fin al gobierno de Maduro, quien al igual que Morales ha sido acusado de alterar las elecciones y perseguir a opositores.
Pero un factor clave hace difícil que lo que le sucedió a Morales también le pase a Maduro: las fuerzas armadas de Venezuela se han negado sistemáticamente a tomar partido por los manifestantes como lo hicieron los militares bolivianos el domingo.
Los cuarteles han respaldado al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a pesar de una profunda crisis económica, enormes oleadas de protestas en 2014 y 2017 y una reelección ampliamente descrita como fraudulenta.
Aunque el líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha sido reconocido por más de 50 países como presidente legítimo de Venezuela, sus esfuerzos por cortejar a las fuerzas armadas no han sido suficientes para cambiar su lealtad hacia Maduro.
Un informe especial de Reuters encontró que las fuerzas armadas de Venezuela han sido fuertemente influenciadas por la presencia de agentes de inteligencia cubanos que vigilan de cerca las comunicaciones de los oficiales sospechosos de disentir.
Además, la reforma del difunto presidente Hugo Chávez, que comenzó a principios de la década de 2000, fracturó la cadena de mando e impulsó la lealtad política de los altos oficiales.