(18 de septiembre de 2019. El Venezolano).- La crisis Venezolana es uno de los pocos temas (si no único en estos días) en los que se han expresado políticas que obedecen a un consenso bipartidista. Fue el Gobierno de Barack Obama el que inició las órdenes ejecutivas imponiendo sanciones individuales a los actores del régimen que incurrieran en violaciones a los Derechos Humanos con base en la Ley que lleva el nombre de los senadores Menédez (D-NJ) y Rubio.
A partir de allí las sanciones han ido escalando bajo la actual administración en respuesta a la creciente opresión, un ambiente diferente en el seno de la OEA, y una crisis que mantiene magnitudes humanitarias produciendo un éxodo de migrantes Venezolanos.
Por otra parte, las dos piezas legislativas más recientes para abordar la crisis Venezolana tienen apoyo bipartidista, y son principalmente resultado del trabajo de legisladores demócratas: la ley VERDAD que codifica sanciones y profundiza las medidas ante la crisis humanitaria apoyando mecanismos para que la presión internacional desemboque en unas elecciones creíbles, libres y justas, es hechura del Senador Menéndez apoyada por el Senador Rubio.
La Ley que otorgaría TPS a los Venezolanos, ante la negativa de Trump, es de la autoría del Representante Darren Soto (D-FL) y fue aprobada en la Cámara por la mayoría demócrata, con el apoyo de un grupo minoritario de legisladores republicanos. Sin embargo, ambas leyes han sido hasta ahora engavetadas por el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnel.
Este verano en su reunión en San Francisco el Comité Nacional Demócrata (DNC) atentos tanto al reporte de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la situación de Derechos Humanos en Venezuela como a las cifras que citan a más de 4 millones de venezolanos que han emigrado, aprobó unánimemente la “Resolución para Apoyar Contundentemente los Esfuerzos para el Retorno de la Democracia a Venezuela y Asistir a los Migrantes Venezolanos con el Estatus de Protección Temporal (TPS)”.
En ese sentido la resolución del Partido Demócrata resolvió apoyar cuatro esfuerzos y prioridades ya en marcha:
1) El trabajo y las iniciativas legislativas del liderazgo Demócrata en el Congreso, para presionar al régimen de Maduro y trabajar en conjunto con los aliados de los Estados Unidos en el hemisferio para facilitar una transición a la democracia mediante elecciones libres y justas, monitoreadas por la comunidad internacional.
2) La cooperación y asistencia para ayudar a aliviar la crisis humanitaria existente tanto en Venezuela como en los países vecinos afectados por la migración masiva.
3) Los esfuerzos del liderazgo demócrata del Congreso para designar a Venezuela el TPS para proteger a los ciudadanos venezolanos que emigraron a los Estados Unidos debido a la crisis humanitaria.
4) El trabajo del liderazgo demócrata en la Cámara y el Senado de Florida para apoyar a la comunidad de migrantes venezolanos y detener su detención y deportación en todo el estado, así como de otros estados donde viven grandes grupos de migrantes venezolanos.
La aprobación del TPS está directamente vinculada al reconocimiento de la crisis humanitaria, las graves violaciones a los derechos humanos reportadas por la Alta Comisionada Michelle Bachelet, e implícitamente agrega a la caracterización del régimen opresivo venezolano, reforzando la presión internacional para lograr un cambio democrático en Venezuela.
Entre tanto, los 150,000 venezolanos que están en Estados Unidos esperando asilo o con un estatus migratorio vulnerable podrían continuar con sus vidas sin miedo a ser deportados, trabajar e incluso apoyar económicamente a sus familiares que siguen en Venezuela”.
Lamentablemente el apoyo de algunos republicanos como el senador Rubio o el congresista Díaz-Balart, no se ha traducido en apoyos por parte del Presidente Trump ni del Senador McConnell.
El pasado jueves 12 de septiembre, 10 candidatos a la nominación del partido demócrata para la elección presidencial se reunieron en su tercer debate en Houston, Texas. A lo largo del debate, Jorge Ramos hizo preguntas a los candidatos que específicamente le interesan a la audiencia latina e hispana. Una muy importante y de interés particular para la misión de IQ Latino, fue en relación a la política exterior de los candidatos frente a América Latina.
Ramos primero se dirigió al Senador Bernie Sanders (de quien se había dicho que mantenía una posición ambigua sobre la situación en Venezuela). Sanders en su respuesta reconoció que en Venezuela las últimas elecciones presidenciales no fueron libres, llamó “tirano” a Maduro y propuso cooperación regional e internacional para promover elecciones creíbles con observación internacional en Venezuela para que los venezolanos puedan decidir su futuro.
Julián Castro, el único latino en la tarima, tomó la palabra después y propuso aplicar el TPS para Venezuela en los EEUU. Ahí concluyó el tiempo para América Latina, pero el exvicepresidente Biden se tomó un tiempo de otra pregunta para expresar su apoyo a la comunidad venezolana y su propuesta de TPS para incluso permitirle a los venezolanos emigrar a los EEUU.
Demostró entender cómo tratar la crisis en Venezuela estratégica e inteligentemente ya que conoce a los personajes en la región y ha confrontado a Maduro cara a cara. Esta semana en Miami Biden reiteró su compromiso con los lineamientos expuestos por la Resolución del partido demócrata para recuperar la democracia en Venezuela y con el TPS para los Venezolanos, en un concurrido evento para iniciar la celebración del mes de la herencia hispana, con presencia de decenas de venezolanos en el exilio.
Si bien hay un enorme consenso en torno a la necesidad de promover el cambio en Venezuela; si hay una diferencia importante con el presidente Trump, quien dice querer ayudar a los venezolanos pero no responde a las necesidades de la comunidad venezolana en los EEUU otorgándole el TPS a los migrantes que han llegado a nuestro país huyendo de la opresión y la crisis humanitaria.
Por Leopoldo Martínez | Univisión Noticias