(9 de septiembre de 2019. El Venezolano).- Hay que diferenciar porciones opositoras. Por un lado, partidos con diversos niveles de importancia, militancia y capacidad electoral, otros con ambiciones, pero sin fuerza popular, incluyendo los que fueron, como el Copei autocalificado de “auténtico”, grupos e iniciativas regionales, locales que progresan a base de esfuerzo permanente, comienzan a tener presencia, limitada pero activa.
Del otro lado, cuatro partidos, de fracaso en fracaso, en negociaciones y pactos que lideran la oposición oficialista. Acción Democrática, sin líderes de la talla histórica de Rómulo Betancourt. Primero Justicia, con Julio Borges al frente, ha crecido hasta convertirse en alternativa. Voluntad Popular, organizado por Leopoldo López con seguidores incómodos en otras particiones, decidieron establecer voz propia. El partido aquél del mercader retocado Manuel Rosales, que interesado aparece cuando huele contrataciones.
Y como no hay quinto malo, por su cuenta, riesgo, sin complacencias, Vente Venezuela, constituido por María Corina Machado, plantea sin vacilaciones la no cohabitación, justicia sin impunidad, exige soluciones firmes a problemas y expectativas del país, con claridad de planteamientos, coherencia en su proceder, honestidad ciudadana y coraje irreductible sin retorcijones políticos; acompañada de la fracción parlamentaria 16J, la alianza Soy Venezuela, y una democrática fusión de ciudadanía, moderna, actualizada, sin resabios que no volverán.
Este recorrido no es simple descripción situacional, sino base para reflexionar en un país reprimido por una tiranía basada no en partidos que opinen sino en obediencia sumisa. Desacertados en ideología e importadora de fiascos históricos, cometiendo errores en la conducción económica y social, se enreda en alardes fantasiosos que, en vez de aumentar soporte, resquebrajan aún más la confianza y esperanza de llegar a lo que llevan años prometiendo: paz ciudadana y bienestar venezolano.
En democracia las minorías son vitales y el respeto para expresar opiniones a favor o en contra del Gobierno y la política en general, deben ser consideradas. Es democracia con vigor. Fundamental la capacidad de la mayoría, sea un partido o alianza de varios, conocer en detalle el parecer y sentir ciudadano.
Un elemento indispensable de la democracia es, la alternabilidad, que en Venezuela parece no aplicar. ¿Alguien recuerda cuándo hubo elecciones internas en los partidos? Sin embargo, pactan ilegítimos distribución de responsabilidades y cargos como son, por ejemplo, la directiva del Poder Legislativo.
Al diputado Guaidó se le reconoce el esfuerzo. Sin embrago, tiene la debilidad de un cuestionado entorno, malas compañías y no ser presidente interino por consulta ni voluntad ciudadana, sino por acuerdo de este año yo y el próximo tú, de la parcialidad que juntos hacen mayoría legislativa pero deslegitimados y rechazados por la generalidad ciudadana. Juntos no representan el 15% del país. ¿Acaso otros dirigentes políticos no tienen capacidad ni derecho? Si queremos vivir en democracia y defenderla como sistema fundamental, ¿por qué tanto pactar en penumbras y cogollos? ¿El llamado “G4” tuvo el recato de consultar a sus militancias?
La democracia, como la caridad, moral y luces, principios, valores, ética, y buenas costumbres ciudadanas, empiezan en casa, en el hogar. Si los diputados quieren de manera voluntaria sufragar por Guaidó, otro u otra, para cargos directivos, deben tener plena libertad de elección. Son integrantes de partidos políticos, pero están en el Poder Legislativo por el voto y representación de los ciudadanos. No fueron favorecidos para inclinarse arrodillados a cúpulas de mando partidista, las cuales hace años dejaron de ser auténticos representantes de sus militancias, fueron designados para obedecer y representar a los ciudadanos.
Hipócritas, quienes dan lecciones de libertad y democracia a tiranos represores si no se practica, el mejor ejemplo es el que da cada uno con su conducta, exposición y defensa de convicciones. Pactar es un recurso accidental, no es democracia en ejercicio salvo la coincidencia de opiniones que son las elecciones. El acuerdo de apoyar la repetición del presidente de la Asamblea Nacional, ¿es decisión de jefes partidistas, militancia, parlamentarios, o de los ciudadanos?
Al opositor socio cohabitante -bolichicos, enchufados, politiqueros, titiriteros y ladrones del tesoro público-, les interesa la ruptura del pacto publico parlamentario acordado. No les conviene la quiebra del sistema, sino un reacomodo para continuar con privilegios. El chavismo necesita opositores para simular un Estado democrático, y, la oposición cómplice precisa del chavismo para prolongar su existencia. El desconocimiento del oficialismo opositor con la realidad política tomando decisiones fuera del lapso constitucional, sin dar el debate correspondiente, es por decir lo menos, una afrenta, una burla. Se debe cumplir el estatuto de la transición, y están obligados inexcusables a rendir cuenta a la nación sobre lo que se hace y deja de hacer.
¿Dónde queda honrar la palabra, lo ofrecido al país y al mundo? Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Hay que ser serio, responsable. La Asamblea Nacional quebranta la Ley al elegir anticipado a su presidente. Los venezolanos exigen se cumpla el compromiso de lo prometido, lo demás es paja.
Por eso es que algunos políticos no merecen respeto ciudadano. Embusteros e incapaces de honrar la palabra empeñada. Sus compromisos no tienen validez. Demagogos sin rubores que violan la confianza de quienes los eligieron. Luego se quejan como mocosos, lloriqueando el inmenso rechazo ciudadano.