(27 de mayo del 2024. El Venezolano).- Más de 2.000 personas podrían haber quedado enterradas vivas por un enorme deslizamiento de tierra sucedido en el centro de Papúa Nueva Guinea, comunicaron este lunes las autoridades del país oceánico. Asimismo, señalaron que las dificultades para transportar ayuda hacia el lugar de la catástrofe reducen las esperanzas de encontrar sobrevivientes.
El deslizamiento se produjo en la madrugada del viernes y arrasó seis aldeas del distrito de Maip-Mulitaka mientras la mayoría de sus habitantes dormían. Como consecuencia, más de 150 casas quedaron sepultadas bajo una acumulación de tierra de casi dos pisos de altura, informa Reuters.
«Tengo a 18 miembros de mi familia enterrados bajo los escombros y el suelo sobre el que estoy», dijo el residente local Evit Kambu. «Pero no puedo recuperar los cuerpos, así que estoy aquí, impotente», agregó.
Los rescatistas afirmaron haber escuchado gritos desde debajo de la tierra. Los aldeanos ayudan en los labores de rescate con palas, palos y sus propias manos para intentar llegar hasta las víctimas. Hasta el momento solo se han recuperado seis cadáveres.
Ayuda en camino
Este lunes Australia anunció un paquete de ayuda inicial de 2,5 millones de dólares australianos (1,66 millones de dólares estadounidenses) y prometió enviar a la zona de la catástrofe expertos técnicos para que ayuden a los rescatistas locales.
También China prometió mandar asistencia dentro de sus capacidades tanto en las operaciones de búsqueda y rescate como en las tareas de reconstrucción.
El peligro aún persiste
Serhan Aktoprak, jefe de la misión de la agencia de migración de la ONU en Papúa Nueva Guinea, alertó de que la lluvia, la inestabilidad del suelo y las corrientes de agua podrían convertir las labores de retirada de tierra y escombros en una tarea «extremadamente peligrosa«.
Actualmente, más de 1.250 personas ya han sido evacuadas de la zona del desastre. Aktoprak agregó que los rescatistas han perdido las esperanzas de encontrar a sobrevivientes bajo la tierra y los escombros, a entre 6 y 8 metros de profundidad. «La gente lo está asumiendo, por lo que hay un alto nivel de duelo y luto», dijo.
«En este punto, creo que la gente se está dando cuenta de que las posibilidades de que alguien pueda salir vivo son muy escasas«, manifestó.