(28 de julio de 2019. El Venezolano).- Aunque parezca un lugar común, mientras Maduro continúe, ilegítimamente, en el poder continuará la crisis agobiante que ha generado en virtud, además, como “un violador de los derechos humanos”, por lo cual, el señor cardenal Urosa le exige, de nuevo, abandonar el poder para permitir que se resuelvan los graves problemas de Venezuela.
Más aún, el premio Nobel de economía 2018, William Nordhaus, emitió un diagnóstico cruel sobre nuestra crisis: “… como alguien tendido en el suelo, y Maduro encima, dándole con un puñal, desesperado mira a ver si la persona continúa con signos vitales; sino, dándole cada vez más fuerte”.
“Maduro Destroza toda teoría económica existente”.
Estamos en ruina porque desde 2003 nuestra soberanía se viene confiando, progresivamente, a manos cubanas ya que los tentáculos del régimen castrista se extienden por diferentes instituciones gubernativas: desde el SAIME hasta los puntos medulares de la estructura militar. También, desde aquel año entró en vigencia el vonvenio de salud Cuba-Venezuela, pagadero contra el envío de unos 40000 barriles de crudo/día, equivalentes, hoy por hoy, a unos 800 millones de dólares/año, datos de la Universidad de Texas.
Nuestra expectativa es pavorosa e incierta, por el desplome de toda actividad económica y una inflación cercana a un 10000000 %, contracción de hasta un 25 % de su economía hacia fines de 2019, según el FMI; el cupo en infinidad de productos y el desempleo que ya supera un 30 % de la población activa a lo que se suma la tasa elevadísima de homicidios (81,4/100000 hab, según OVV más la represión brutal de Nicolás Maduro. Ínterin, aumenta la tensión y presión de cara a un objetivo: la salida de Maduro, reorientando las acciones de manera puntual y en la dirección adecuada. Obviemos, momentáneamente, el inmediatismo, tan mal consejero y engañoso.