(24 de enero del 2024. El Venezolano).- Ante el reciente revuelo mediático y judicial que ha reabierto el Canserbero, la familia Améstica se centra en una petición fundamental: el derecho a la legítima defensa de Natalia y Guillermo Améstica, hermanos actualmente detenidos e incomunicados.
Los hechos que datan del 20 de enero de 2015, con la muerte de Carlos Molnar y Tirone González , conocido como Canserbero, han vuelto a ocupar titulares tras la decisión del Fiscal General de la República Tarek William Saab de reabrir el caso como es harto conocido. En aquel entonces, las declaraciones de Natalia Améstica, pareja de Molnar, describieron un confuso incidente nocturno que culminó en un presunto homicidio-suicidio.
A nueve años de distancia, la situación toma un giro dramático. Guillermo Améstica, quien se conoció en los días de la tragedia no estuvo en la escena del crimen, fue imputado por obstrucción a la justicia debido a sus declaraciones iniciales a los medios, mientras que a Natalia se le imputa por presuntamente no haber realizado una llamada de emergencia. La reapertura del caso ha desembocado en la detención de ambos y, en su incomunicación pues ya se tienen 11 días sin noticias suyas.
La familia ha manifestado su preocupación por lo que consideran una serie de irregularidades procesales, que incluyen el cambio forzoso de sus abogados privados por un defensor público, y la emisión de un video en el que los hermanos se declaran culpables bajo circunstancias cuestionables, como por ejemplo, estar maniatados durante la grabación y la ausencia de un defensor, aunque fuera de oficio. La designación del abogado Joel García por parte de la familia aún no ha sido efectiva, dejando a los hermanos sin la representación legal requerida y justa.
Con la fecha de sentencia aproximándose para el 30 de enero, los Améstica, desde hacen un llamado a la justicia venezolana para que se respete el derecho a la defensa legítima de Natalia y Guillermo, subrayando la importancia de un proceso justo y la observancia de los derechos humanos.
La familia reafirma que la lucha por el derecho a la legítima defensa no es solo por Natalia y Guillermo, sino por la integridad del sistema judicial y la confianza en las instituciones de justicia en Venezuela.