(22 de enero del 2024. El Venezolano).- En un periodo que ha superado los 100 días desde el inicio de los ataques de Hamas a Israel el 7 de octubre, el presidente Joe Biden se encuentra en la difícil tarea de manejar la creciente tensión en Oriente Próximo. Su objetivo es ayudar a Israel a contener la guerra en Gaza y evitar que el conflicto se transforme en una guerra regional con Irán y sus aliados.
Desde el comienzo de la guerra en Gaza, los aliados iraníes en Irak y Siria han lanzado más de 140 ataques contra tropas estadounidenses, intensificando la complejidad del escenario. El ataque más grave ocurrió el 20 de enero, cuando múltiples misiles balísticos y cohetes alcanzaron la base de Al Asad en Irak, dejando a varios estadounidenses e iraquíes heridos.
La respuesta limitada de Estados Unidos hasta ahora ha generado presiones sobre el presidente Biden para adoptar medidas más contundentes contra Irán. Sin embargo, cualquier acción implica un dilema: la inacción podría percibirse como debilidad, mientras que tomar represalias podría desencadenar una nueva guerra, especialmente en un año electoral.
Simultáneamente, Estados Unidos ha lanzado su séptima incursión contra los hutíes, una milicia aliada de Irán en Yemen. A pesar de los informes sobre la asistencia del IRGC iraní a los hutíes, Biden reconoce que los ataques no detendrán sus acciones, reportó Infobae.
La situación en Líbano, con Hezbollah intercambiando fuego con las fuerzas israelíes, añade otra capa al juego de equilibrios entre Estados Unidos e Irán. La administración Biden ha trabajado para evitar que Israel ataque a Hezbollah, pero la amenaza persiste si la diplomacia no logra un cambio en la situación fronteriza.
Israel está librando una guerra no tan secreta contra Irán y sus aliados, con ataques aéreos que han resultado en la muerte de importantes figuras iraníes y aliados. Estos eventos, junto con una serie de atentados terroristas en Irán, han elevado la tensión en la región.
A pesar de la postura cautelosa de Biden, expertos advierten que la región podría estar al borde de una guerra regional. La esperanza de Biden radica en que Israel logre una victoria pronta para frenar la furia en la región. Sin embargo, con más de 25,000 muertos palestinos y la falta de avances en la contención de Hamas, la situación permanece volátil y un incidente podría desencadenar una respuesta más enérgica de Estados Unidos contra el IRGC iraní.