(19 de diciembre del 2023. El Venezolano).- La decisión del Papa Francisco de permitir a los sacerdotes católicos bendecir a parejas del mismo sexo ha generado un hito en la campaña del pontífice por una iglesia más inclusiva. Aunque muchos sacerdotes ya realizaban bendiciones no sacramentales en parroquias europeas, la aprobación oficial de Francisco podría enviar un poderoso mensaje de tolerancia en países donde los derechos LGBTQ+ son limitados o incluso penalizados.
Desde Uganda hasta Estados Unidos, las comunidades LGBTQ+ se enfrentan a leyes discriminatorias que restringen sus derechos. En algunos casos, pastores de confesiones cristianas conservadoras, incluyendo la Iglesia católica, respaldan estas medidas, considerándolas acordes con sus creencias. La aprobación del Papa Francisco, aunque no modifica la posición doctrinal, busca mostrar una actitud más acogedora hacia los católicos LGBTQ+.
La declaración de la Santa Sede permite bendiciones no sacramentales a parejas del mismo sexo, siempre que no se asemejen al matrimonio tradicional entre hombre y mujer. El padre Wolfgang Rothe, un sacerdote alemán, mencionó que esta aprobación facilitará la vida de parejas homosexuales, especialmente en sociedades más conservadoras, reportó The Independent.
Sin embargo, en lugares como Nigeria, donde las autoridades han realizado arrestos masivos basándose en leyes que prohíben relaciones homosexuales, y en Uganda, donde se aprobó una ley que contempla la pena de muerte por «homosexualidad agravada», la situación sigue siendo difícil. La Iglesia católica en estos lugares no ha emitido declaraciones inmediatas sobre la nueva autorización papal.
En Estados Unidos, donde se han registrado más de 525 proyectos anti-LGBTQ+, la Campaña por los Derechos Humanos ha denunciado un aumento «sin precedentes y peligroso» de leyes discriminatorias. A pesar de la declaración papal, la presidenta de Catholics for Choice, Jamie L. Manson, señala que las parejas del mismo sexo pueden sentir reticencia para solicitar bendiciones debido al clima homofóbico en ciertos sectores de la iglesia.
La decisión de Francisco es un paso más en sus esfuerzos por transformar la iglesia hacia una postura más inclusiva. Desde su famosa declaración de 2013, «¿quién soy yo para juzgar?», el Papa ha buscado acercarse a la comunidad LGBTQ+, subrayando que todos son hijos de Dios y bienvenidos en la iglesia. Aunque la posición del Papa ha evolucionado, aún enfrenta resistencia de ciertos sectores conservadores.
Raúl Peña, vocero de Chrismhom en Madrid, destaca la importancia del mensaje de Francisco, especialmente en aquellos países donde las leyes antigay persisten. Sin embargo, también señala la necesidad de que diócesis conservadoras en otras partes del mundo escuchen y comprendan el llamado del Papa hacia la tolerancia y la inclusión.