(11 de diciembre del 2023. El Venezolano).- Así son los bolivarianistas, pasaron de la República de Venezuela a la República Bolivariana de Venezuela como pedir una merengada de lechosa. Ya está, somos independientes, se arregló todo.
Por: José Antonio Medina
Ahora, de la Venezuela se arregló pasan a “esto lo arreglo yo”, no va nadie al referéndum pero dicen que votaron más 10 millones de revolucionarios. Ya está, todo arreglado.
No hay que darle mucho a la cabeza, lo que para el ciudadano de a pie debe ser traumático el que nadie le quiera, Maduro ni se ha percatado de ello. A él lo que le importa son los resultados, qué más da si votaron mil o dos mil personas en el referéndum, si el 95% votó a favor de quitar el Esequibo a las bravas, pues como el pueblo habló, a por ello.
Además, como sabe que los que median no pueden obligar a nadie a aceptar su arbitraje, le ha entrado la apuradera patriótica sobre los 150 mil kilómetros que según la historia son de Venezuela. Por cierto, que no le vengan a este prócer con eso de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas puede sancionar a la República Bolivariana, ni le rasguña, un tigre Bengala no sufre porque le pongan una raya más.
Sin embargo, de ahí a invadir al Esequibo hay un trecho largo y no es tan tonto como para empeorar lo que ya está fatal.
Sabe que el capital mundial puede con todo y, aunque salga desgañitándose por tercera o cuarta vez en la tv, lo único que deja estupefacta a su población es el tonito de sus gritos: Con Venezuela no se Juegaaa, la Revoluciónnn Llegóóó para Quedarseee, que Levantennn la mano los que Quierannn Irseeee.
Maduro conoce el acuerdo entre Guyana y Estados Unidos para que tropas norteamericanas hagan ejercicios en la zona, por eso sus intentos de ser el Putin latinoamericano no cuelan.
Pero, como líder universal, es complejo, para un presidente tan arrecho como él, el que se hable de la Venezuela bravucona le debe parecer como escuchar las 4 Estaciones de Vivaldi, después, como siempre, ya se verá y, segurito que vuelve a arreglar el tinglado, ahí está el acuerdo de Barbados haciendo sudar a venezolanos, europeos y norteamericanos, mientras los revolucionarios se echan un palo e´guisqui con un tambor lleno de frías al lado. ¿O, no?
Por otro lado, eso de ser un rompedor de democracia le debe gustar mucho porque ya en 2017 le decía a los venezolanos que lograría la paz económica, la prosperidad y la estabilidad de los precios, que lo quería hacer por las buenas, pero que si se ponían remolones, lo haría por las malas y, si era necesario se convertiría en dictador. Como para que digan que no avisó.
Lo que pasa es que no terminamos de aceptar que el tener, o no el respaldo popular, no va con Maduro, no olvidemos que su consejo revolucionario ha probado que las imágenes de los centros de votación vacíos fue otra canallada de la contra.
Tal es la talla del hijo de Chávez que no entiende cómo es posible que todavía haya gente que lo considere un incapaz cuando lo da todo por la patria, ahí está otra prueba, acaba, en un santiamén, de crear el Estado 24 de Venezuela, Guayana Esequiba. Que nadie diga que no se ocupa de arreglar los grandes problemas de su país.
Termino con una apuesta, me juego 1 dólar venezolano a que terciará para que se tramiten las habilitaciones, total hasta que el Tribunal Supremo de Justicia dé el visto bueno pueden pasar 2 o 3 tres años ya que son temas burocráticos muy complejos. Veis, todo arreglado.
José Antonio Medina Ibáñez