(04 de julio del 2023. El Venezolano).- Fernando Martínez, exsacerdote católico de Los Legionarios de Cristo que fue responsable de abusos sexuales contra menores en México, falleció en Italia a los 84 años por causa de una enfermedad pulmonar, informó la congregación en un comunicado.
El escándalo contra Martínez estalló en 2019, cuando la presentadora Ana Salazar lo acusó de haberla violentado sexualmente en la década de 1990, mientras cursaba estudios en el Instituto Cumbres de la ciudad de Cancún, en México.
Salazar fue la primera mujer que se atrevió a denunciar a un presbítero por pederastia en México y su peso en la opinión pública animó a otras víctimas a hacerlo.
Tras hacerse pública la noticia del deceso de su abusador, Salazar publicó comentarios en su cuenta de Twitter, en los que apuntó que el religioso murió «impune» por la complicidad de las autoridades seglares y clericales.
Historial de abusos y complicidades
«Durante 50 años de su vida, Fernando Martínez abusó sexualmente de niños, niñas y adolescentes, Los Legionarios de Cristo lo encubrieron y reubicaron una y otra vez, colegio tras colegio, seminario tras seminario. Le otorgaron puestos de poder frente a la sociedad y frente a las infancias», reza parte del texto.
De su parte, Los Legionarios de Cristo recalcaron que una vez se hicieron públicos los señalamientos contra Martínez, «la Congregación inició una investigación de este caso, presentando una denuncia ante las autoridades civiles en la ciudad de los hechos y otra denuncia ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe».
En 2020, la congregación informó que el exsacerdote «se reconoció culpable de los delitos de abuso sexual contra menores de edad» y anunció que sería despojado de su condición de clérigo.
Empero, en el ámbito civil, Martínez no recibió ninguna sanción por sus crímenes. Los Legionarios aseguraron que aunque se entabló un proceso en su contra, «ningún afectado denunció», y las autoridades no disponían de medios para actuar.
Encubrimiento
En contraste, las víctimas han reiterado que la congregación –que ha reconocido 175 casos de abuso sexual perpetrados por presbíteros adscritos a su formación– encubrió sus acciones durante años y desoyó sus reclamos. Para las víctimas y sus parientes, tales descargos califican como «un lavado de cara».
«Ellos sabían perfectamente que estaban poniendo un depredador sexual en mi colegio«, dijo en 2019 Biani López, otra de las abusadas, en una entrevista con El País, quien afirmó que esta situación «era totalmente prevenible» si las autoridades hubiesen actuado de otro modo.
Una opinión semejante sostuvo Ana Salazar, en una entrevista que concedió a un medio mexicano cuando se animó a denunciar públicamente a Martínez. Entonces relató que en 1992, un superior de Los Legionarios de Cristo se reunió formalmente con sus padres, luego de que ellos lo acusaran por abusar de su hija, y lejos de intervenir en su favor, los instó «a entender» que el padre era «hombre».