(02 de febrero del 2023. El Venezolano).- El año 2023 comenzó con una traición: 72 diputados de la Asamblea Nacional electa en 2015, pertenecientes a los partidos AD, PJ y UNT, decidieron dar la espalda a sus electores y decretar la muerte del gobierno interino de Juan Guaidó.
Por Gustavo Lainette
En 2020, otro pequeño grupo de diputa – dos, liderados por Luis Parra y José Brito (ex militantes de Primero Justicia) también traicionaron a sus electores y decidieron montar tienda aparte, no sin antes pasar por las taquillas de alguna de las empresas del testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, para retirar un chequecito que, en aquella oportunidad, fue calculado en 750.000 dólares por cabeza.
No se sabe a esta hora, si los 72 diputados que el pasado 5 de enero de 2023 decidieron unilateralmente enterrar a la Presidencia Encargada, también fueron premiados con un chequecito como el que le dieron a Parra y a Brito, pero como la mayoría de los venezolanos ya estamos picados de culebra, cada vez que vemos un bejuco sabemos que algo huele mal en Dinamarca.
Lo cierto es que la desaparición del Gobierno Interino no fue un hecho casual. Hubo una conspiración desde el año 2020, liderada por diferentes factores políticos que se hacen pasar como “opositores”, pero que en realidad no lo son, para tratar de acabar con el único obstáculo real que tenía la dictadura de Nicolás Maduro para acceder a los recursos financieros que se encontrarban congelados en el exterior.
Desde febrero del año 2019, los mismos factores políticos que han jugado a matener a Maduro en el poder, comenzaron a conspirar contra todas y cada una de las iniciativas que se ponían en marcha desde la Presidencia Encargada para tratar de impedir que el gobierno interino fuera exitoso.
El objetivo era claro: si Juan Guaidó tenía éxito, esos factores políticos, la mayoría de los cuales no cuenta con respaldo popular, no podrían tener opción a las presidenciales en 2024. Por tanto, la única forma de que los dinosaurios de siempre pudieran seguir con vida, era haciendo naufragar al gobierno interino. Y lo lograron.
Para decirlo en dos platos: La presidencia encargada de Juan Guaidó no cumplió las metas y las expectativas, no sólo porque el régimen de Maduro lo impidió, sino porque hubo factores políticos que, desde la propia oposición, se encargaron de obstaculizar, colocar trabas y poner zancadillas en todas partes, para que nada de lo que se planteó el gobierno interino pudiera llegar a feliz término.
Es claro suponer que toda esa conspiración no fue de gratis. En el caso de Primero Justicia, y sus principales dirigentes, Borges, Capriles y Guanipa (Tomás), la conspiración contra Guaidó fue parte de un acuerdo suscrito y firmado con Jorge Rodríguez (la marioneta de Nicolás Maduro) para que por nada del mundo les quitaran la tarjeta del partido. En 2020, Maduro ordenó quitar la tarjeta de PJ para entregársela a Luis Parra y José Brito. Maduro estaba decidido a hacer con PJ lo mismo que hizo con las tarjetas de AD y VP que fueron entregadas a un grupo de alacranes.
Pero a última hora, Jorge Rodríguez evitó que la medida se llevara a cabo luego de firmar un acuerdo con Capriles, Borges y compañía, mediante el cual éstos se comprometían a sabotear a Juan Guaidó con tal de que les permitieran en algún momento recuperar la tarjeta y los símbolos de PJ.
La promesa de Capriles, Borges y compañía se cumplió. Desde 2020 hasta 2022, Primero Justicia fue el partido que más saboteó la gestión de Juan Guaidó. El primer saboteador fue Julio Borges desde la oficina de Relaciones Exteriores. Capriles hizo lo propio desde su cómoda oficina en Caracas.
Todavía no les han devuelto la tarjeta de PJ. Pero es casi seguro que se las entregaran antes de las próximas elecciones, porque Capriles y Borges cumplieron la promesa que le hicieron a Jorge Rodríguez y a Nicolás Maduro. La traición de los supuestos “justicieros” no será olvidada.