(13 de junio del 2019. El Venezolano).- Tras 36 días desde su detención, Edgar Zambrano, vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN), de mayoría opositora, recibió por primera vez la visita de su esposa, Sobella Mejías, y de su abogado. Infobae
Mejías denunció que el régimen de Nicolás Maduro mantuvo a Zambrano retenido en una celda sin ver la luz del día durante esos 36 días.
“Que una persona sea privada de libertad tampoco quiere decir que pierde sus derechos humanos y requiere ser tratado con humanidad”, manifestó la mujer durante una entrevista con César Miguel Rondón.
Mejías aclaró que el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional no recibió maltratos físicos y que hasta el momento no hay tenido problemas de salud.
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Pese a esto, reiteró que su esposo es un preso político de la dictadura chavista, “que no tendrá que estar donde está”.
Zambrano se encuentra recluido en la prisión militar del Fuerte Tiuna por orden del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) chavista.
El dirigente de Acción Democrática (AD) fue detenido el miércoles 8 de mayo por la noche después de que la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) le levantase la inmunidad parlamentaria. Según el propio relato de Zambrano, él y sus acompañantes fueron “sorprendidos” por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en las inmediaciones de la sede del partido. Al negarse a salir del vehículo en el que estaban, las autoridades chavistas “utilizaron una grúa” para trasladarlos de “manera forzosa” a la sede del organismo de inteligencia.
Zambrano es uno de los 22 diputados a los que el régimen de Maduro allanó la inmunidad parlamentaria, y el único que se encuentra en prisión. Los demás se refugiaron en sedes diplomáticas, huyeron al exterior o pasaron a la clandestinidad.
Las últimas víctimas de la persecución chavista se conocieron este miércoles, cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó allanar la inmunidad parlamentaria de los legisladores José Guerra y Tomás Guanipa.
Guaidó ha denunciado esta ofensiva como un intento de “desmontar” el Parlamento, único poder controlado por la oposición, pero anulado por una decisión del máximo tribunal y sustituido en la práctica por la Constituyente.
Aunque el líder opositor fue también despojado de su inmunidad anteriormente, no ha sido acusado judicialmente por la sublevación.