(08 de septiembre del 2022. El Venezolano).- La Armada de Estados Unidos planea que su próximo buque de guerra dispare misiles hipersónicos y láseres que serían más potentes que las actuales armas en servicio, según informó AP este miércoles.
El buque de guerra de próxima generación, denominado DDG(X), es el mayor que la Armada ha intentado construir en décadas. Está diseñado con la finalidad de proporcionar al servicio la potencia necesaria para impulsar una nueva generación de armas de energía dirigida y sensores de alta potencia, que acabarán por reemplazar la producción de los omnipresentes destructores de la clase Arleigh Burke.
En principio, el nuevo buque podría alimentar láseres de hasta 600 kilovatios que serían lo suficientemente potentes como para interceptar misiles guiados hostiles, al tiempo que utilizarán un casco convencional y un sistema de radar y armamento similar al que se utiliza actualmente, destacó la Armada.
Los primeros contratos de diseño se adjudicaron este año a las empresas Bath Iron Works de General Dynamics, en Maine, y Huntington Ingalls Industries, en Mississippi. Sin embargo, se estima que el nuevo buque de guerra comenzará a construirse en 2028, según informó la Armada a USNI News.
Todo este equipo de combate no será barato. Se prevé que el coste medio de cada nuevo navío sea un tercio más caro que los Burke, los cuales costaron unos 2.200 millones de dólares cada uno, según la Oficina Presupuestaria del Congreso. «Será un destructor impresionante que nos lanzará absolutamente a la próxima generación de buques», dijo Tom Stevens, director de montaje en tierra del constructor naval Bath Iron Works.
Sin embargo, hay preocupación por el coste del destructor, ya que, según los expertos, un precio elevado reduciría el número de buques que EE.UU. puede permitirse construir. «La flota de superficie, en lugar de crecer, se reduciría», señaló Bryan Clark, analista de defensa del Instituto Hudson.
Es posible que la Armada estadounidense pueda permitirse solo un buque al año, en comparación con el ritmo actual de construcción de destructores, que es de dos a tres al año, lo que reduciría el tamaño de la flota con el tiempo. «Quieren apilar todas las misiones en el DDG(X) para convertirlo en una especie de ‘estrella de la muerte’. Están poniendo todos los huevos en la misma cesta desde el punto de vista financiero», destacó.