(23 de marzo de 2019. El Venezolano).- Entre mensajes políticos y pedidos de ayuda para conseguir medicamentos se cuelan en las cuentas de venezolanos en Twitter versos de Miguel de Unamuno o de Eugenio Montejo. Son los amantes de la poesía, que la defienden en todos los espacios.
Una biblioteca especializada, un premio de poesía joven, talleres de escritura y de traducción, y la cuenta Twitter, todo se apiña en las tres pequeñas oficinas de Caracas de la Fundación La Poeteca, en proceso de mudanza a locales más amplios, reseñó AFP.
Un “desierto” literario
“La Poeteca surgió a partir de una cuenta Twitter, el Team Poetero, creada en 2013, con más de 30.000 seguidores, y que publica cuatro o cinco poemas cada día”, refiere Ricardo Ramírez, director de la fundación.
Lea también: “Dolor y gloria”, el film más introspectivo de Almodóvar
En 2016, lanzó el concurso de poesía joven y en 2018 inauguró la biblioteca, gracias en buena parte a donaciones privadas.
En medio de la más aguda crisis de su historia contemporánea, con hiperinflación, escasez de productos básicos y una emigración que no se detiene y supera ya los tres millones de personas, en Venezuela quedan pocas librerías o tertulias.
“Nuestro mundo es este de la poesía, y llegó un momento en que se vio completamente abandonado, desde principios de esta década. Todo cesó y de repente nos encontramos en un desierto”, dice Ramírez, profesor de literatura y librero.
“No hay libros”
El Producto Interno Bruto de Venezuela se ha contraído 50% desde 2014. Con pocas divisas disponibles, la importación de medicinas o de alimentos ha caído en picada. Y más aún las de libros o papel.
“No hay libros de Rafael Cadenas (el más reciente Premio Reina Sofía) en Venezuela, no hay libros de Rómulo Gallegos, no hay libros de nadie en estos momentos fuera de lo que pueda haber quedado en el almacén de Monteavila Editores o de Biblioteca Ayacucho”, indica Ramírez, en referencia a las que fueron las dos grandes editoriales del Estado.