(11 de junio del 2025. El Venezolano).- Rafael Montilla (ciudadano estadounidense, nacido en Venezuela en 1957) es uno de los artistas de la neo abstracción latinoamericana más versátiles de su generación. Afincada en códigos del lenguaje abstracto geométrico, su obra no solo contempla pintura, sino también escultura, dibujo y performance. “Color continuo” está formada por un cuerpo de trabajos que abarca aproximadamente los últimos diez años,desde 2017, hasta 2025. En cierto sentido esta muestra tiene un carácter retrospectivo en la medida en que, además de abarcar alrededor de una década de trabajo, ilustra también las particularidades, tanto poéticas, como discursivas de lo que ha sido la obra de este artista. Carácter retrospectivo, en un momento donde su trayectoria ha alcanzado una gran madurez artística e intelectual.
En el sentido poético, la muestra despliega todo un repertorio interpretativo de la figura del cubo, como una especie de leitmotiv que atraviesa buena parte dela obra de Montilla en su exploración inmersiva sobre las dimensiones materiales y espirituales de esta figura geométrica. Las obras aquí presentes, nos descubren cómo el artista estudia y trabaja la representación tridimensional. Y lo hace en base a la alta simetría que presenta el cubo puesto en una perspectiva simbólica sociocultural del lenguaje abstracto geométrico de las artes visuales de finales del siglo XX y principio del XXI. Hay toda una caligrafía simbólica en la que, por un lado, se juega con la representación de las aristas del cubo, (doce en total), es decir esa línea, ese límite donde se encuentra dos caras del cubo. Por el otro, el vértice lugar angulado, esquina del cubo (ocho en total). Ambos caracteres han sido “lugares” de inspiración para el imaginario del arte abstracto más actual, donde los colores saturados ocupan un lugar importante en la superficie visual de las obras.
En el sentido discursivo, la obra de Montilla está empapada de una metafísica espiritual que parte de una comprensión humanista del mundo. El encuentro de las dos caras del cubo, por ejemplo, en orden simbólico, puede ser interpretado como pares de oposiciones formales dentro-fuera, público-privado, arriba-abajo, entre otras. Todas ellas nos invitan a pensar desde el terreno de la abstracción geométrica como un lenguaje que habla de una realidad inaprensible, de una realidad que no es explícita o literal. Es también una manera de organizar y ordenar espiritualmente, a través de la belleza de las figuras abstractas, el caos reinante en el reino de este mundo.