(14 de mayo del 2025. El Venezolano).- La situación interna dentro del PSUV y el alto gobierno venezolano atraviesa una de sus etapas más delicadas y tensas de los últimos tiempos. Las fisuras son evidentes. El mapa político oficialista se encuentra fraccionado, con pugnas internas que amenazan con romper la ya débil cohesión del chavismo.
Nota completa de Reporte de la Economía
Uno de los actores más activos y controversiales es Freddy Bernal, quien ha comenzado a ejecutar una agenda paralela de alianzas y operaciones dentro y fuera del Táchira. En esta región, ha pactado con grupos que históricamente se oponían al gobierno, tanto en lo político como en lo económico, y ha impulsado la creación de su propia estructura paramilitar: un «colectivo» conformado por elementos entrenados del Grupo de Respuestas e Investigaciones Silenciosas (GRIS) y del SEBIN.
La Nueva Compañía: el rostro del nuevo paramilitarismo
Bajo el nombre de «La Nueva Compañía», aunque muchos la denominan irónicamente “Nueva Sambumbia” o “Nuevo Batiburrillo”, esta organización mezcla diversos elementos armados: Tupamaros, Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN) —conocidos en la frontera como los boliches— y disidencias de las FARC. Sus actividades incluyen el robo de ganado, la invasión de fincas, y la captación de jóvenes para convertirlos en fusileros.
Estas milicias irregulares han convertido zonas de Táchira, Apure y Barinas en un “santuario” desde donde operan con impunidad, aprovechando la cercanía con la frontera. En ocasiones se hacen llamar “La Banda de Los Morrocos”, y cuentan con más de 30 hombres armados, con identificación y credenciales del Colectivo Tupac Amaru, hoy reforzados por el FPLN y disidentes de las FARC.
Uno de sus líderes es David Rivero Pulido, alias El Español, buscado por Interpol con alerta roja por tráfico de drogas. Nacido en Venezuela pero con nacionalidad española, Rivero es presidente del Colectivo Tupac Amaru y ha establecido su base en la zona sur del Táchira.
Relaciones oscuras y apoyo político
Dentro de este entramado de violencia y control territorial, destaca también la figura de Anyelo Mendoza, quien asegura recibir respaldo directo del alto mando del PSUV. Mendoza es señalado como jefe operativo de “La Nueva Compañía”. Según testimonios locales, los integrantes de esta organización se desplazan durante las madrugadas en motos KLR y camionetas sin placas, encapuchados, sembrando el miedo entre los habitantes. Desde su aparición, los robos y desapariciones de ganado han aumentado de forma alarmante.
A esta estructura se suman también nombres como:
- Argenis Márquez (exconcejal del PSUV),
- Carolina Camacho (jefa de la UBCH San Joaquín de Navay),
- Carlos Ayala alias El Negro,
- Freddy Velasco alias Caribe,
- Leonardo Rojas alias El Doctor,
- y los hermanos David y Fermín Alexis Medina, alias “Los Morroco”, entre otros.
Guerra entre guerrillas: FPLN vs ELN
En los últimos meses, la FBL/FPLN ha sufrido importantes bajas tras intensos enfrentamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo colombiano que actúa con el respaldo de sectores militares venezolanos. La presión del ELN ha forzado a los “boliches” a unirse a La Nueva Compañía, reconfigurando el mapa del poder armado en el suroccidente venezolano.
El verdadero objetivo
El reordenamiento de fuerzas dentro del chavismo y el auge de estructuras paramilitares obedecen a un objetivo político estratégico: desplazar del poder a figuras clave como Diosdado Cabello, Tarek William Saab y José Miguel Domínguez. La intención es clara: controlar espacios, desarticular el viejo orden interno y consolidar nuevas alianzas de poder que permitan una eventual recomposición del liderazgo dentro del régimen.
Lo que ocurre en el Táchira no es un caso aislado. Es la muestra de un país gobernado por facciones enfrentadas, donde los colectivos, los narcos y las guerrillas disputan más poder del que tiene cualquier institución formal del Estado.
Un jefe narco al mando del colectivo Tupac Amaru
El actual líder del Colectivo Tupac Amaru en el estado Táchira, David Rivero Pulido, alias El Español, no solo ha establecido su base de operaciones en la localidad de San Joaquín de Navay, sino que además se encuentra prófugo de la justicia internacional, con una orden de captura activa por tráfico de drogas.
Según el registro del Tribunal Supremo de Justicia de España, Rivero fue condenado por violación de los artículos 368 y 369 del Código Penal español, recibiendo una pena de 9 años de prisión. La sentencia fue dictada el 13 de julio de 2007 por la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Tenerife, aunque el sentenciado no estuvo presente en el juicio. Posteriormente, el 28 de septiembre de 2009, se emitió una orden de ejecución bajo el número de ejecutoria 16/2009, firmada por el magistrado Joaquín Astor Landete.
La alerta roja de Interpol fue publicada el 28 de enero de 2016, bajo el número A-515/1-2016, por la Oficina Central Nacional en Madrid. A pesar de esta orden internacional, Rivero Pulido opera libremente en Venezuela, entregando credenciales del Colectivo Tupac Amaru a miembros de la guerrilla venezolana Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN), también conocidos como los boliches.
Freddy Bernal y su feudo paramilitar
El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, ha tejido una red de alianzas poco ortodoxas, incluso con sectores tradicionalmente identificados con el adeco-uribismo colombiano. Uno de sus aliados más notorios es el ganadero Waldo Rujano Mora, con fuertes vínculos con grupos paramilitares colombianos simpatizantes de Álvaro Uribe Vélez y miembros de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Estas conexiones se extienden hasta José Félix Lafaurie, polémico dirigente y presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos.
Bernal no solo protege estas redes, sino que también encuentra respaldo de ellas, consolidando así un control territorial y político con respaldo armado en la región fronteriza.
El caso Luis Revilla Chirinos: drogas en el CICPC
Días atrás fue arrestado el comisario Luis Revilla Chirinos, jefe del CICPC Delegación Táchira, tras vincularse directamente al tráfico de drogas. La detención fue realizada por el Grupo de Operaciones Especiales (GOES), luego de que se descubriera una operación que involucraba el transporte de 189 kilos de cocaína en vehículos —incluyendo una camioneta oficial del CICPC— en la zona de Lobatera.
En la misma operación fueron detenidos:
- H. Dugarte, inspector jefe (40 años)
- Y. Sierra, detective jefe (31 años)
- J. Moncada, inspector (34 años)
- Un trabajador civil de 33 años
La noticia sacudió los círculos internos del oficialismo. Muchos opositores internos al grupo de Bernal y Domínguez celebraron inicialmente la detención, creyendo que arrastraría también al gobernador Freddy Bernal y al comisario José Miguel Domínguez Ramírez, jefe nacional de investigaciones del CICPC. Sin embargo, hasta ahora no existe ninguna prueba que los vincule directamente con estos hechos.
Desde hace meses, circula información sobre la creación de un fondo económico —un «pote» millonario— financiado por comerciantes afectos al gobierno, con presencia en las principales ciudades del país. Este grupo, descrito como una logia con poder e influencia, ha sido duramente afectado por las acciones del comisario José Miguel Domínguez Ramírez, a quien acusan de:
- Extorsión y chantaje
- Cobros de “vacunas”
- Allanamientos a residencias y oficinas
- Incautación de dinero, oro, mercancía y dólares en efectivo
Estas acciones han desatado una campaña sistemática en su contra, impulsada por operadores digitales, periodistas alineados al oficialismo, altos funcionarios e incluso influencers, tanto en el extranjero como dentro de Venezuela.
Domínguez se ha convertido en una piedra en el zapato para muchos dentro del poder económico y político del chavismo. Aunque oficialmente continúa en su cargo, el cerco mediático, legal y político que se cierne sobre él podría ser parte de una estrategia para removerlo del tablero.
Operación Guacamaya y la guerra sucia por el poder
El blanco: Diosdado Cabello
Dentro de la guerra interna del chavismo, se ha trazado un objetivo claro: la destitución de Diosdado Cabello, en los peores términos posibles —humillado, deshonrado y políticamente eliminado. Para lograrlo, se habrían activado mecanismos oscuros que incluyen el financiamiento de operaciones clandestinas, como la mal llamada «Operación Guacamaya».
Aunque presentada como una fuga épica orquestada desde una novela policial, la realidad es menos romántica y más corrupta. La supuesta operación fue —según fuentes cercanas— un soborno dirigido al exdirector del SEBIN, Marcos Chávez, a quien se le habría entregado una considerable suma en dólares para facilitar la huida de varios dirigentes de Venté Venezuela, refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas.
Algunos de los fugados permanecen aún en territorio venezolano. Sin embargo, Diosdado Cabello insiste públicamente en que la salida fue resultado de una negociación política entre el gobierno y los asilados, ignorando intencionalmente la versión del soborno.
El plan aprovechó supuestamente la ausencia del presidente Nicolás Maduro y se ejecutó bajo la creencia de que Chávez sufría de adicción al alcohol, lo que habría facilitado su manipulación. El exfuncionario estaría detenido desde ayer, junto a varios agentes del SEBIN implicados en la fuga.
Fuga paralela: Levin De Grazia
En un movimiento casi simultáneo, Levin De Grazia, vinculado al escándalo de PDVSACRIPTO, también huyó del país. Aunque gozaba del beneficio de casa por cárcel y estaba monitoreado con un grillete electrónico, logró salir de Venezuela entre el miércoles y viernes de la misma semana en que ocurrió la Operación Guacamaya.
La coincidencia de ambas fugas —de alto perfil— ha sido interpretada como una maniobra coordinada para acelerar la salida de Cabello y del Fiscal General Tarek William Saab del aparato gubernamental.
Tarek William Saab: otro objetivo de la logia
El Fiscal General de la República, Tarek William Saab, es también blanco de esta red de poder económico y político. Se le acusa de no ceder ante las presiones para destituir a José Miguel Domínguez Ramírez, jefe del CICPC, lo que ha generado fuertes tensiones.
Como represalia, una figura infiltrada dentro del CICPC habría sido instruida para abrir una investigación en contra de un individuo presuntamente vinculado con propiedades millonarias adquiridas entre 2005 y 2008 —época en la que Saab ejercía como gobernador del estado Anzoátegui.
La narrativa fue impulsada por la periodista Sebastiana Barráez, quien sostiene que el supuesto investigado amasó una fortuna gracias a su cercanía con Saab. Pese a los intentos de enemistar al Fiscal con Diosdado Cabello, no ha habido una ruptura visible entre ambos.
Esta logia de comerciantes influyentes cuenta con respaldo y presencia dentro de los altos mandos del CICPC, lo que le otorga capacidad operativa para ejecutar campañas de presión e influencia institucional.
Alexander Granko: blanco de ataques injustificados
En medio del vendaval político y mediático, el nombre del Coronel Alexander Granko Arteaga ha sido expuesto públicamente en investigaciones y acusaciones que carecen de fundamentos sólidos. Días atrás, Iván Simonovis intentó vincularlo en una supuesta trama relacionada con Alex Saab, PDVSA y la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), y al día siguiente una plataforma de periodismo digital lo asoció con la administración de un centro deportivo en Los Samanes, Caracas.
Sin embargo, no hay delito alguno en que un oficial tenga relación con el deporte o actividades recreativas. Si Granko estuviese colaborando en iniciativas deportivas, eso más bien debería verse como una aportación positiva para el país, no como un motivo de ataque.
Quienes lo conocen dentro de las filas castrenses destacan su firmeza, disciplina y compromiso con la seguridad nacional. Granko no es un improvisado: es un coronel con amplia trayectoria y una defensa activa y constante de la soberanía venezolana. Ha desempeñado un papel clave en operativos de inteligencia y seguridad del Estado, y se ha ganado el respeto de sus superiores y subordinados.
En este contexto, los recientes ataques mediáticos parecen más bien parte de una campaña sistemática para desprestigiar a figuras militares claves que no se han alineado con intereses oscuros o grupos de poder económico.
Resulta llamativo que estas acusaciones surjan en un momento de aguda confrontación interna entre distintas facciones del poder. Alexander Granko se ha mantenido leal a la causa de la patria, y su nombre debería ser protegido de manipulaciones mediáticas que intentan empañar su labor.
