(11 de agosto del 2019. El Venezolano).- Uber cerró el segundo trimestre con pérdidas de 5.240 millones de dólares. Es seis veces más que hace un año y supera ampliamente los 3.170 millones que tuvo en ingresos. La cifra de negocio, además, creció solo un 14%. Se explica en buena parte por los costes de la oferta pública en mayo. Pero su negocio está muy lejos de ser rentable, como Lyft. Las dos compañías de movilidad tratan ahora de entrar en un clima competitivo más racional.
Lyft presentó resultados en la víspera. Disparó las pérdidas a 644 millones en el trimestre. Es tres veces y media más que en el mismo periodo de 2018. La cifra de negocio la mejoró un 72%, a 867 millones. La previsión es que facture hasta 3.500 millones al cierre del ejercicio. Las acciones de Lyft despidieron la jornada con un alza del 3%. Las de Uber subieron un 8% al cierre, pero se desplomaron un 12% tras presentar resultados.
Los dos valores están siendo muy volátiles desde el estreno la pasada primavera. Lyft debutó la primera en medio de una gran expectación que disparó su valor en la jornada inicial, para después desinflarse. Uber lo hizo un mes después por debajo del precio en el que se marcó la oferta, por las dudas sobre su modelo de negocio. Antes de presentar resultados perdían un 17% y un 7% respectivamente tomando como referencia el valor de salida.
«Continuamos invirtiendo de una manera muy agresiva para crecer», se justificaba Nelson Chai, el director financiero de Uber, al tiempo que asegura que quieren que ese crecimiento sea «saludable». «Hacemos progresos en la buena dirección», afirma. Estos resultados, sin embargo, meten más presión sobre Dara Khosrowshahi, su consejero delegado, para demostrar que puede avanzar hacia la rentabilidad.
La competencia entre ambas compañías es feroz en EE UU. En la presentación de los resultados del primer trimestre, trataron de calmar a los inversores al sugerir que iban a poner fin a la guerra de precios que libran. Eso podría traducirse en precios más altos para los usuarios. Pero también en más ingresos y un margen de beneficio más alto. Las pérdidas combinadas ese trimestre fueron de 2.150 millones.
Brian Roberts, el director financiero de Lyft, indicó en este sentido durante la presentación de resultados que están empezando a hacer “ajustes modestos en los precios” en rutas y mercados concretos en base a los costes y a la elasticidad de la demanda. “Tratamos de seleccionar las rutas y las ciudades donde el impacto será menor”, explicó, sin entrar en más detalles.
El ritmo de crecimiento de los ingresos en el caso de Uber es el más bajo desde su creación. Se explica porque mientras la rivalidad parece empezar a perder intensidad en EE UU, en otras regiones del planeta va a más. Es el caso de América Latina. La facturación cayó un 24% cuando se compara con los resultados de hace un año, por la china Didi Chuxing.
Una vez más, sus ejecutivos insisten en que la competencia sea por el producto en lugar de por los incentivos que ofrecen a los clientes y que subsidian esencialmente con el dinero de los inversores para hacer crecer sus negocios. Los analistas, sin embargo, advierten que es un negocio muy complicado para generar beneficios. Uber acaba de despedir a 400 empleados del departamento comercial.
No solo un problema con el modelo de negocio. Uber y Lyft están expuestas, además, a la presión de los reguladores y las autoridades locales en los mercados en los que operan. California trata ahora de sacar adelante una legislación que podría forzar a las dos compañías a tratar a los conductores como empleados en lugar de contratistas independientes. Eso podría abrir la espita en otros estados.