(27 de octubre del 2023. El Venezolano).- Argentina, que hasta la mitad del siglo pasado era una de los países más prósperos del mundo y que hoy se debate en una crisis profunda, celebró elecciones presidenciales el pasado domingo 22 de octubre.
Escrito por Danilo Arbilla
Las cifras espantan: algo más de 20 millones de pobres (45%), entre estos un 60% niños, inflación de los últimos 12 meses a setiembre 138,3% , en lo que va del año 103,2% y se estima que superará el 150% en el 2023. Caída del PBI más del 3%, hasta el primer semestre. La deuda externa supera los 405.000 millones de dólares y podría ser más porque se desconocen montos de “arreglos“ con China (Swaps) que se mantienen en secreto. Tampoco se pueden manejar cifras de empleo y desempleo por cuanto la mitad de la población activa está en el sector informal. Y un dólar desbocada cuya cotización se ha multiplicado por 5.
Sergio Massa es el ministro de Economía y también es el candidato presidencial del peronismo-kirchnerismo que gobierna el país. En lo que va de la gestión ministerial de Massa -15 meses-la inflación creció más del 145%, los pobres aumentaron en algo mas de 2 millones, cayo el PBI casi el 2%, ni se sabe, por lo dicho, cuánto creció la deuda externa y el dólar por las nubes, para resumir.
Con este panorama unos 10 millones de argentinos- poco menos de la cuarta parte de los convocados a elegir- no votaron. Se quedaron en sus casa. No se entiende. El 36,7 % de los que concurrieron (9.646 mil) votaron por Massa, quien resulto ganador y pasa cómodo a la segunda vuelta ( balotaje) fijada para el domingo 19 de noviembre. Una sorpresa, sin dudas.
Menos se entiende.
Segundo se ubicó el opositor Javier Milei (30% =7,885 mil) un economista liberal radical que se autocalifica de libertario, especie de outsider que sorprendió en los últimos 5 meses y quien disputará la presidencia con Massa. Tercera se ubicó Patricia Bullrich ( 23,8%= 6.270 mil) opositora y conservadora, con el mejor equipo y programa según la mayoría de los analistas, que contó con el apoyo del expresidente Mauricio Macri, entre otros muy destacados dirigentes políticos.
Y todo esto ¿cómo se entiende? Una respuesta: ganó el populismo
Como es sabido, los populistas se valen de ciertas debilidades de la gente, la que para empezar le tiene miedo a la libertad. La libertad implica riesgos y esfuerzos. Son más los que prefieren que le den pescado a que los enseñen a pescar. La gente necesita tutores y eso peligrosamente en casos la lleva a sacrificar la democracia y las libertades. Creen mas en lo que le prometen y le dicen. Los populistas primero le sacan un peso de encima: les aseguran que ellos no son los responsable de los males, penurias o depresiones que los aquejan. Las culpa la tiene el otro o los otros. Digamos el imperialismo yanqui, el FMI, el capital financiero, los empresarios, el patrón, o la Iglesia y por supuesto los políticos. Simultáneamente les prometen salidas milagrosas, rápidas y sin mucho esfuerzo.
Milei, manejó muchos de esos elementos. De entrada los convenció de que los males del pueblo tenían como único y gran responsable a la “ casta política”, “los políticos que le roban sus dinero”, la burocracia, todos “ñoquis ” que no “laburan” y cobran a fin de mes: el Estado explotador y vividor. Mas la varita mágica : la dolarización y el fin del Banco Central y cierre de unos cuantos ministerio.De una pincelada se acababa con la inflación , el déficit fiscal y además todos iban a cobrar en dólares. Al principio la gran mayoría pensó que le canjeaban sus pesos por dólares. Y prometio mucha libertad, incluso para llevar revolver al cinto.
Milei subió como leche hervida.
Ese fue su problema; y demasiado temprano, además. Debió explicar el cómo. Entonces comenzó a tartamudear, habló de recortar subsidios, de que había que trabajar para poder cobrar lo que sea, que iba a llevar su tiempo. Prometio que en 35 años Argentina sería como EEUU. (¡Para!¡Para! En esa época mas de la cuarta parte de los votantes, estarán muertos.)
A Milei, tampoco le ayudo una indisimulada tendencia autoritaria y la soberbia. La soberbia es mala compañera. Massa, no es menos autoritario que Milei- quizás más- ni menos soberbio, pero es muy ducho – ahora la juega de humilde – y también mucho mas irresponsable y mentiroso y sin ningún escrúpulo.
La oposición fue dividida: una constante de la que se han favorecido en el continente “los progresistas”. El equipo que asesoró a Lula, estuvo junto a Massa.
Pero mas importante aún fue que Massa gastó mil millones de dólares en su campaña electoral, además abuso del poder e hizo trampas. Como ministro repartió dinero del estado a diestra y siniestra. Dio “ platita” contante y sonante ; dinero dulce digamos. Bonos, adelantos y aumentos a funcionarios y jubilados – 18 millones dependen del Estado-, bajó impuestos, repartió bicicletas, tablets, lavarropas y heladeras.Y emitió y emitió. Pan para hoy y hambre para mañana. Pero la gente no tenía tiempo para analizarlo: tenía que ir a la cola, – la noche antes de las elecciones incluso- para invertir “ la platita”, ya en el bolsillo, para comprar electrodomésticos. Massa, el hoy ministro de Economía, también les dijo que cuando sea presidente iba a hacer desaparecer la inflación. ¡Increíble!.
Pero el golpe más fuerte fue el del precio del boleto del transporte urbano. Como es sabido éste es un tema que forma opinión: de dos a cuatro y mas veces por día el ciudadano se alegra o maldice según lo que deba de pagar para ir al trabajo y para volver a su casa. Y Massa, en cada tren y en cada colectivo les aseguro a los argentinos que él mantendrá el precio subsidiado de 53 pesos ( 5 centavos de dólar) y que con Milei o Bullrich, -ambos dijeron que iban a sacar el subsidio-, pasaría a costar 1100 pesos ( 1 dólar y centavos). Muy fuerte.
Bullrich prometió seriamente sangre sudor y lagrimas. Lógicamente salió tercera. Qué va a pasar el próximo 19 de noviembre. Massa es el favorito, dicen. Manejando el dinero del estado como lo ha venido haciendo, continuará en ello. Y además, con dirigentes de Bullrich y otros candidatos menores divididos; como pasa siempre con los anti ”“progresistas”. Por si fuera poco Milei a lo largo de su campaña sumó muchos enemigos, sobre todo entre los integrantes de lo que él denunció como la “casta política”.
Va a ser difícil para Javier Milei, aunque últimamente con los argentinos no se puede asegurar nada. Son difíciles de entender en estas cosas.