(22 de diciembre del 2022. El Venezolano).- La llamada flor de nochebuena es una de las plantas que, aunque es nativa de México, se dice que su patente no está en territorio nacional; sin embargo, académicos y productores siguen trabajando para conservar la tradición.
Por ello, el gobierno federal estableció el 8 de diciembre como el Día Nacional de la Flor de nochebuena, con el objetivo de propagar «su importante aporte a la cultura mexicana», ya que es parte de la historia de México desde épocas prehispánicas.
Denominación e historia
En náhuatl su nombre es cuetlaxochitl, que significa «flor que se marchita», y su nombre científico es ‘Euphorbia pulcherrima’.
Esta planta era usada para ceremonias religiosas y se entregaba como un trofeo a los guerreros, pues el color rojo de la flor estaba asociado al poder en las culturas mesoamericanas.
Fue con la llegada de los españoles y la evangelización que a la cuetlaxochitl se le empezó a llamar nochebuena, pero dentro del país tiene sus propias denominaciones dependiendo de su procedencia geográfica y la lengua que se hable. Por ejemplo, en el estado de Chiapas se le llama ‘aijoyó’, en Oaxaca ‘gule-tiini’, en Michoacán ‘uanipeni’ y en Morelos ‘poscuaxúchitl’.
En el mundo también es conocida con diversos nombres como flor de pascua, pastora, corona del inca, pascuero, estrella federal o flor de nadal.
¿Cómo se la llevaron de México?
Se tiene la teoría de que los franciscanos en la región de Taxco, en el estado de Guerrero, retomaron el uso ceremonial de la flor para la celebración de la Navidad.
Fue ahí donde, en 1828, Joel Roberts Poinsett, primer embajador de EE.UU. en México, quedó maravillado con lo que pensó era una flor que adornaba plazas e iglesias y, después de cumplir su misión diplomática, se llevó ejemplares de la cuetlaxóchitl a Filadelfia y empezó a cultivarla.
A partir de entonces, en EE.UU. se le llamó ‘poinsettia’, como muchos la conocen ahora. Para 1834, la flor se empezó a producir en Europa, y hoy los descendientes de estas plantas se cultivan en todo el mundo.
Laura Trejo Hernández, investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que actualmente existen más de 100 patentes extranjeras de nochebuena de distintos colores y formas.
Investigadores mexicanos obtienen más variedades
Recientemente se dio a conocer que investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) obtuvieron siete nuevas variedades de flor de nochebuena, cinco de jardín y dos de interiores que buscan registrar en 2023 ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, una vez que este organismo verifique el origen, calidad y, entre otras cosas, que cuenten con características distintas a otras ya existentes.
Con estas nuevas variedades la institución contaría con 18 registradas, como resultado de estudios que han hecho desde hace 15 años sobre la flor, de acuerdo con declaraciones que ha realizado el profesor Armando Espinosa Flores.
No obstante, dice el investigador, «Chapingo solo tiene un grupo de profesores que se dedican al mejoramiento, pero hace falta cubrir otros campos para poder comercializar y potenciar las 18 variedades que tenemos».
La UACh cuenta con un Banco de Germoplasma de Nochebuena, el cual resguarda 60 clases de la planta, provenientes de Estados Unidos, Francia y México.
Generaciones dedicadas a la nochebuena
En la localidad de San Juan Tepecoculco, en el municipio de Atlautla del Estado de México, hay una familia que desde hace 28 años decidió conservar la tradición de la producción de nochebuena y la ha heredado de padres a hijos y nietos.
Laura Valencia, una de sus integrantes y encargada del único vivero de esa zona, contó a RT que fueron María del Carmen Amaro Toledano y Santiago Álvarez Rocha, fundadores y dueños del lugar, quienes aprendieron en la Ciudad de México el oficio del cultivo y buscaron establecerse ahí.
Sin embargo, al ver que no se le podría sacar provecho porque había terrenos muy pequeños para su labor, regresaron a San Juan Tepecoculco, de donde son originarios, «y empezaron a crear naves para el cultivo principalmente de la nochebuena».
Actualmente su producción es de alrededor de 10.000 nochebuenas de 12 variedades, entre ellas las de color blanco, rosa, matizada, jaspeada, anaranjada, además de la tradicional, de diversos tamaños e incluso en forma de rehilete, que venden tanto a particulares como a clientes que la comercializan en estados como Yucatán, Puebla, Hidalgo y en los municipios cercanos, en precios que van desde los 20 pesos (1 dólar), hasta los 450 pesos (22,9 dólares).
Valencia admite que la mayoría de los esquejes (pedazos de tallos) que utilizan son importados, «pero lo trabajan empresas mexicanas»; la única variedad 100 % mexicana es la de vara larga, «las demás son modificaciones de investigaciones».
Una vez que llegan a las manos de la familia, cuenta, «nosotros nos encargamos de hacerla crecer, a partir de marzo es nuestra primera plantación, y la otra, para que quede en tamaño mini, se hace en junio».
«Llevamos un calendario estricto», dice Valencia, «semanalmente se programan riegos, fumigaciones y aplicación de fertilizantes para llegar a la floración».
Las nochebuenas en realidad son una planta que no florea, sino que sus hojas, con un proceso de oscuridad, cambian de color durante su época reproductiva, que abarca los últimos meses del año.
Flor de nochebuena en México
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que en 2021, la producción de nochebuena a nivel nacional cerró con 17.339.000 plantas, con un valor de producción de 668,5 millones de pesos (34 millones de dólares) y una superficie sembrada de 257 hectáreas, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Los estados con mayor producción fueron Morelos, con 6,9 millones de plantas; Ciudad de México, con 3,6; Puebla, 3,1; Jalisco, 1,7; Estado de México, 953.000; Michoacán, 765.000; y Oaxaca, 19.000.
No obstante, también crecen de manera silvestre en estados como Sinaloa, Nayarit, Colima, Guerrero y Chiapas, lo que le da una diversidad genética.
En total, en el país se producen más de 30 variedades, aunque alrededor de 90 % de la producción y consumo corresponde a la roja.
Beneficios a la salud y otros usos
A la flor de nochebuena, además de ser protagonista de los festejos de Navidad, se le atribuyen beneficios a la salud, ya que ha sido utilizada como remedio para combatir la tos e incluso afecciones respiratorias como el asma. Del tronco de esta planta se puede extraer además un látex que se usa para disminuir las fiebres.
Por otro lado, también se emplea para la elaboración de pigmentos en tonalidades rojizas en vestimentas tradicionales.