(23 de mayo del 2019. El Venezolano).- Lorent Saleh fue por muchos años uno de los presos políticos más importantes del gobierno de Nicolás Maduro, capturado en 2014, luego que en Colombia, la administración de Juan Manuel Santos lo entregara a las autoridades venezolanas.
Hace ya seis meses que se siente libre, va a ser padre y dice no sentir rencor. En una extensa entrevista con Daniel Lara Farías, periodista de Panam Post, uno de los reporteros que acompañó a su madre mientras -como él mismo dice- “estaba en una celda bajo tierra”.
Cuenta cómo atravesó el horror y revela los diferentes tipos de “torturador” que creó el régimen chavista para mantener en funcionamiento su aparato represivo. Son cinco: el chavista, el amoral, el consciente, el sádico y el opositor. Aquí la definición de cada uno, en sus propias palabras:
El torturador chavista: “Está lleno de odio y te dice: ‘tu eres un escuálido, apátrida, traidor, desgraciado…’ Y por tortura no hablo de ponerte corriente en los dedos. Sino de meterse con tu familia, humillarlos en la cola, hasta dejarte sin comida un tiempo, o burlarse o sabotearte cosas o generar ruidos para molestarte. Es un torturador militante. Tortura porque es obediente, pero además es chavista”.
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El torturador amoral: “Tortura porque es completamente sumiso a las decisiones de su organismo. Una persona obediente que no está pensando si es correcto o no. Ordene y entendido. Una persona fría y sin sentimientos. Punto”.
El torturador consciente: “Es obediente pero tiene conciencia de lo que está haciendo. Y tortura y llora. Maltrata y llora. Lo vi”.
El torturador sádico: “Odia a Maduro, a Chávez, a todo el mundo, y es el que se caía a palos, llegaba rascao y sacaba a los presos de la celda de tortura, los pegaba contra la pared y golpe y golpe, porque estaba rascao (borracho) y era su manera de divertirse”.
El torturador opositor amoral: “Tortura, es opositor y tal pero tortura por dinero. Te agarro, te meto en un calabozo de castigo, te maltrato, sin visitas, tú estás desesperado porque eso se termine… Y te dice: ‘Dile a tu papá que me traiga 4 mil dólares ahí’. Que pueden ser 100 dólares como pueden ser 2 millones de dólares, que es lo que te pueden cobrar por una celda, y ese lo hace por una razón económica, su negocio es la tortura”.