(11 de enero del 2022. El Venezolano).- En mi cobertura del Mundial de Fútbol Estados Unidos 94, solía asistir a las ruedas de prensa, ver los entrenamientos, entrevistar a los protagonistas e ir a la sala de medios para buscar las alineaciones oficiales o cualquier información adicional. En Washington D.C., antes del encuentro Italia-México, al caminar desde el estadio a la gran carpa que habilitaron como sala de prensa provisional, me sorprendí al ver sentado en el piso, en el borde de una acera, a una figura mítica de los micrófonos degustando un perro caliente. ¿Andrés Salcedo? Le pregunté, y él apenas levantando la mirada y asintiendo tímidamente, solo tuvo la opción de escuchar mi monólogo. “Dios mío qué honor conocerlo” le dije” y ante su asombro continué “Amé su narración del gol de Marco Van Basten en la final de la Eurocopa del 88, usted dijo, Saca el gatillo Van Basten, apunta al blanco, dispara, goooool. Luego fue interrumpido por los gritos de Lázaro Candal quien exclamaba “Me quiero morir, me quiero morir, Holanda me quiero morir contigo”. Salcedo, atónito, ni se movió, no pudo dar un mordisco más a su hot dog y con una sonrisa aceptó los elogios de este desconocido”.
Escrito por René Rincón
Lo que nunca imaginé es que a partir de ese momento comenzaría a compartir con el staff de narradores de Radio Caracas Televisión, acompañando al gran Andrés Salcedo y a los comentaristas Gerardo Riccardi y a Humberto Bejarano no sólo a Washington sino también a Nueva York y New Jersey. Con estos amigos asistimos a los entrenamientos de Italia y México, entrevistamos desde el arquero Campos hasta Paolo Maldini, quien siempre tenía un “sí” para la prensa de Venezuela. Les mostré el Museo de Yogi Berra, subimos a las Torres Gemelas y nos encontramos con Arrigo Sacchi y Carlo Ancelotti en la quinta avenida de Nueva York. Ahora que Andrés ha partido me siento afortunado de haber disfrutado de estos momentos invaluables con el mejor de todos los narradores del fútbol mundial.
Andrés Salcedo, periodista nacido en Barranquilla, Colombia en 1940, fue la voz en español del fútbol alemán, del programa Telematch y el cronista que se ganó la admiración de la teleaudiencia latinoamericana a través de su ameno estilo de narrar, amplia cultura y un léxico extraordinario. El relator costeño fue simplemente un poeta frente al micrófono y así lo describe otro gran referente de las transmisiones de grandes eventos deportivos, Sergio Biferi, ex Gerente de Deportes de Venezolana de Televisión, quien viajó a transmitir encuentros junto a Salcedo en múltiples ocasiones. “Andrés fue el narrador más culto y preparado con el que he trabajado. En la transmisión que hicimos con Venezolana de Televisión del Mundial Francia 98, en el acto inaugural, un día antes del primer partido que disputarían Escocia y Brasil, con nuestra caseta ubicada en plena Plaza de la Concordia de París, en medio de un desfile de carrozas, transmitimos Andrés Salcedo, Humberto Bejarano y yo. En aquel momento, ante un perfecto atardecer con vista al río Sena, la Torre Eiffel y los Campos Elíseos, Andrés se inspiró y comenzó a describir el paisaje y la historia de la ciudad con esa prosa que lo caracterizaba. Recuerdo que me acerqué a Humberto para decirle que lo dejáramos hablar y apenas lo interrumpimos para recordarle a nuestros oyentes que estaban en sintonía de Venezolana de Televisión disfrutando de la transmisión de la inauguración del Mundial Francia 98. Fue un momento mágico en el que él nos deleitó con sus conocimientos de la historia y la cultura de Francia. Pensar que lo vi narrar los resúmenes del fútbol alemán en el Canal 5 y luego me tocó transmitir tantos juegos con ese monstruo de la narración latinoamericana como lo fue Andrés Salcedo”. Biferi comparte una anécdota que muestra otra de las características del narrador, quizá una de las más desconocidas por los aficionados del fútbol. “En Lens, donde fuimos meses antes de la inauguración del Mundial, estuve con Andrés en una gira preparada por el comité organizador para mostrarnos los estadios, la sala de prensa y las tribunas y en la que por cierto nos tocó un guía oriundo de Guárico, luego en la estación de tren de la ciudad y justo antes de regresar a París se me perdió Andrés y lo tuve que buscar desesperadamente ya que nuestro tren estaba a punto de salir a la capital y por fortuna lo encontré en una librería muy tranquilo ojeando un libro. Así era él, olvidadizo y distraído pero muy buena gente”.
Otro de sus compañeros de transmisión y quizá el máximo responsable del ingreso de Andrés Salcedo a RCTV es Gerardo Riccardi, quien contó cómo llegó el barranquillero a Venezuela. “La guerra de rating durante los mundiales era muy dura, Venevisión tenía a Alfredo Di Estefano y por esa razón me acerqué a Carlitos Gonzalez, el Gerente de Deportes de RCTV a sugerirle traernos a Andrés Salcedo para unirse a nuestro equipo de transmisión del Mundial España 82. Carlitos, quien era un apasionado del béisbol y del baloncesto no tenía ni idea de quién era Andrés Salcedo y sin embargo tuvo el acierto de hacer la gestión de contratar a Andrés a través de Ray Allup el agente de derechos de TV”.
Cuando Andrés llegó a Caracas Humberto Bejarano y yo lo llevamos a cortarse el pelo ya que él era un tipo poco cuidadoso en ese sentido y Gustavo Suárez, nuestro Jefe de Producción, al enterarse nos preguntó “¿Coño para qué lo arreglan? Él es así, él es escoñetado con su pelo, déjenlo tranquilo, la gente lo conoce así y punto”. Pero recuerda que en esa época la corbata tenía que estar intacta, el talento afeitadito, cero sudor, aunque con Andrés, era todo lo contrario, corbata torcida, pelo despeinado y vestimenta descuidada, no le paraba, pero al narrar le callaba la boca a todo el mundo”.
Riccardi recuerda el efecto que causaba la presencia de Andrés Salcedo ante el público venezolano. “En el Mundial del 86 no viajamos por la devaluación del bolívar y tuvimos que transmitir desde Venezuela. Tradicionalmente durante los mundiales de fútbol los locales de Caracas eran una fiesta y se llenaban para ver los partidos. Un día estábamos gran parte del staff de Radio Caracas Televisión en un restaurante y se la acercó una persona a Andrés y le dijo “Caramba, señor Salcedo es un placer conocerlo, yo tengo que confesarle que yo creía que usted era un robot, que su voz era hecha por máquinas, por su dicción y por su manera tan correcta de pronunciar sus palabras, es verdaderamente espectacular su narración”. Ahí vimos a nuestro Andres sonrojado ante el elogio”.
Pudiera afirmarse sin compromiso que fue Gerardo Riccardi quien más compartió con Salcedo, transmitiendo en vivo desde muchísimos países junto al narrador colombiano. “Creo que en ocasiones me tocó dormir más con Andrés que con mi propia esposa. En el Mundial Italia 90 solicité que me cambiaran de habitación porque él además de llegar muy tarde, tenía siempre que prender la lamparita para leer antes de acostarse. En ese mundial transmitimos partidos importantes y a veces hasta dos encuentros el mismo día. En Turín después de narrar el Brasil-Argentina, el juego del célebre gol de Caniggia que eliminó a Brasil, tuvimos que viajar velozmente a Milán para narrar Holanda-Alemania, el partido del famoso escupitajo de Frank Rijkaard a Rudi Voeller. La distancia entre ambas ciudades se cubre en hora y media pero lo hicimos en 45 minutos. Recuerdo que en el trayecto pegué un frenazo que casi metió a Andrés en la guantera y a pesar de eso me dijo que yo era un tremendo piloto (risas). Hicimos muy buen tiempo y por eso se nos presentó la oportunidad de entrevistar a Leo Beenhakker, el técnico de Holanda antes del encuentro. Fue una gran experiencia trabajar con Andrés. Creo que entre Humberto, él y yo formamos un gran trío.
Andrés fue famoso también por los apodos que le colocó a los futbolistas alemanes, llamando a Karl-Heinz Rummenigge “Caperucita Roja”, Migajita a Pierre Littbasrki, “Mateito” a Lother Matthaus, “El Boricua” a Felix Magath o “El espía que vino del frío” a Norbert Nachtweih.
En Telematch el programa de concursos y competencias de pueblos alemanes transmitido en Venezuela por el Canal 5, Andrés describía los encuentros entre las localidades germanas con un tono ameno que nos mantenía hipnotizados frente al televisor. La periodista Mari Montes destaca el valioso aporte de Salcedo en las transmisiones del programa alemán. “A través de Telematch Andrés Salcedo aprovechaba para contarnos las costumbres y la cultura de cada una de las regiones alemanas, ya que el programa se basaba en enfrentamientos entre pueblos y él nos enseñaba de los bávaros. Uno no sabía cómo se dividían las regiones, pero aprendimos un poco la cultura alemana gracias a ese señor. Andrés nos explicaba qué tipo de ventajas podían tener unos y otros por el simple hecho de ser de una región de montañas”.
Andrés Salcedo deja un legado inmenso, en su estilo, porque jamás quiso ser más grande que el momento deportivo, nunca pensó ser protagonista de una acción de juego, solo se dedicó a describir y lo hizo de manera impecable, poética, amena, culta. Debido a esto sus colegas, compañeros de trabajo y televidentes a pesar de lamentar su partida celebran el simple hecho de haber disfrutado de sus transmisiones. Adiós al maestro, al mejor, al amigo, a la voz del fútbol.
Pié de foto: De izq. a der. Sergio Biferi, Humberto Bejarano y Andrés Salcedo transmiten la Final del Mundial de Futbol Francia 98 desde el Stade de France en Saint-Denis.