(02 de abril del 2021. El Venezolano).- El presidente Joe Biden señaló este jueves a los jefes de las carteras de Transporte, Energía, Vivienda, Trabajo y Comercio para que lideren la recuperación económica de Estados Unidos a través del ambicioso plan de infraestructuras presentado el miércoles por el mandatario.
«Si bien todos los miembros del gabinete tendrán un papel a la hora de ayudar a dar forma y sacar adelante el plan de empleo, hoy anuncio que le he pedido a cinco miembros del gabinete que asuman una especial responsabilidad para explicar el plan a pueblo estadounidense», declaró Biden al reunirse con su equipo de gobierno, en la Casa Blanca.
En su primera reunión con el gabinete de Gobierno desde que asumió la presidencia, el pasado 20 de enero, Biden adelantó que los cinco elegidos serán quienes le ayudarán a conseguir la aprobación de su propuesta por parte del Congreso. Además, ayudarán a pulir «los detalles» de su plan y trabajarán para darlo a conocer al gran público.
Proyectan retorno a normalidad de economía de EE.UU. para mediados de 2021A la fecha, 10 millones de los 22 millones que perdieron sus empleos, siguen sin trabajo. La recuperación tomará tiempo, pero dependerá de la vacunación y la responsabilidad con que la ciudadanía atienda los llamados para prevenir contagios.
Los cinco responsables en cuestión son los secretarios de Transporte, Pete Buttigieg; Energía, Jennifer Granholm; Vivienda y Desarrollo Urbanístico, Marcia Fudge; Trabajo, Marty Walsh; y Comercio, Gina Raimondo.
Según detalló la portavoz de la Casa Blanca en rueda de prensa, ellos serán quienes entren en contacto «con el público, con el Congreso, con los alcaldes y gobernadores» para, a continuación, abordar «distintos componentes» de la propuesta legislativa.
«Ya sea banda ancha o diferentes componentes para infraestructuras, su impacto en los negocios, estos son los miembros del Gabinete que jugarán un papel en este proyecto«, concluyó Psaki.
El plan de infraestructuras presentado el miércoles por el mandatario contempla una inversión de unos dos billones de dólares a lo largo de los próximos 8 años, para renovar las infraestructuras del país y para garantizar que la economía estadounidense sea tecnológicamente puntera; pero sobre todo, para crear empleos en un momento en que, debido a la pandemia, el país registra cifras de desempleo nunca antes vistas.