(22 de marzo de 2019. El Venezolano).- Este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, Venezuela no tiene nada qué celebrar. El acceso a este recurso vital es un derecho humano que actualmente está siendo vulnerado en el país mediante los deficientes sistemas de distribución y potabilización, denunció Carlos Graffe, dirigente social de Carabobo.
«Tenemos más de 10 años denunciando con pruebas y documentos del Estado esta situación y no hay entes que nos den respuestas», dijo Graffe al explicar que aprovechó la presencia de la comisión técnica enviada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para reunirse con los funcionarios y entregarles un informe detallado sobre este problema que afecta a al menos ocho millones de venezolanos en la región central.
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Sobre la calidad de este servicio público, esencial para la vida de los seres humanos, alertó que desde Hidrocentro se está enviando a los hogares agua cloacal que no recibe tratamiento de aguas residuales no de potabilización. «Alzamos nuestra voz por el respeto a los derechos y a la salud de millones de venezolanos que hoy están en riesgo».
El también coordinador adjunto de la coalición para la ayuda humanitaria reprochó que existan comunidades enteras con meses sin el servicio y personas enfermas por lo contaminada que está cuando llega, a pesar de que «Venezuela es un país bendecido por tener muchísimas fuentes de agua dulce».
Según Graffe, el tipo de agua que llega a las casas puede generar patologías como Alzheimer, por la alta cantidad de aluminio; cáncer, por la presencia de cianobacterias y otros organismos; enfermedades gastrointestinales; alergias y conjuntivitis.