(03 de Febrero del 2020. El Venezolano).- Tras la actitud asertiva de Juan Guaidó, en medio del bloqueo de la GNB y grupos paramilitares, logró su reelección como presidente de la AN, única institución democrática reconocida a escala mundial que aún sobrevive en Venezuela, el domingo 5-E pasado, debería aprovechar el apoyo renovado y puntual que le brinda la comunidad internacional –cerca de unos 60 países- para el logro de condiciones electorales que nos lleven a unos comicios libres y justos, pues se le reconoce, también, como presidente interino de la República, aunque los monagos de NM orquestaron una elección ficticia, pretendiemdo objetarla ante el TSJ oficialista.
Ciertamente, pese al apoyo interno y externo que ha recibido, Guaidó no ostenta esècificidad alguna en el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, su malabarismo por encima de las barandas del Palacio Federal resultó un reto afortunado y heroico, así como un desafío para el gobierno ilegítimo al demostrarle que si la oposición se mantiene desafiante, dentro de los parámetros constitucionales, entonces sí podría catalizarse una transición política de resultados más precisos que induzcan a unas elecciones libres y justas, pues una intervención militar agudizaría el panorama tornándolo traumático, sobremanera. Así, mediante compromiso directo y formal de los involucrados en la crisis más toda acción conducente bien liderada, políticamente, basada en la vía electoral, podríamos deslastrarnos de la problemática que el régimen ha sido incapaz de solventar por su actitud indoctrinaria traucida en desidia y atrapado en su terquedad irreversible, que le paraliza y ofusca en perjuicio de la población y su futuro más incierto cada vez, situación proclive a otro madrugonazo militar más inadmisible aún.