(24 de julio del 2024. El Venezolano).- El presidente Biden demostró que es un político de altos kilates. Después del acoso del partido Demócrata, de la rapiña de los medios de comunicación, del abuso de las redes sociales, y de la histeria de los opinadores de siempre, se tomó su tiempo y organizó un proceso que dejó a todos sin habla. Manejó serenamente el lanzamiento de Kamala Harris y la ayudó a realizar el cabildeo imprescindible para los apoyos en la obtención de la candidatura.
Por Abel Ibarra
Evitaron, ambos, la aparición de candidatos que habrían enturbiado ese proceso, lo que le permitió a Kamala Harris arrancar su campaña con buen pie: lleva recaudados hasta el momento más de 200 millones de dólares, ya completó el número de apoyos para ganar la nominación y despertó un fervor en el electorado pocas veces visto. Pero lo mejor es que dejó a Míster Trampa sin argumentos, obligándolo a rumiar un discurso que no entusiasma ni a Melania. Y, de paso, le mostró el prontuario con que comenzó a enfrentarlo sin levantar la voz. Kamala defendió una obra que ella ayudó a construir: “la bolsa de valores está en su máximo histórico, el desempleo cerca de su mínimo histórico, la inflación en baja, 15 millones de nuevos empleos, el mayor plan de energía limpia de la historia, y ha respetado la democracia y el estado de derecho. Además, defendió a Ucrania e Israel”; comenta Andrés Oppenheimer en su leída columna. Así, el presidente puso orden y demostró que vale por dos: por viejo y por diablo.