(03 de julio del 2024. El Venezolano).- A Luisa Ortega Díaz se le reconocía como una ficha dura del chavismo hasta 2017, cuando abrió una zanja que la separó del gobierno de Nicolás Maduro a punta de críticas. Lo acusó –entre otras cosas– de tener una «ambición dictatorial». Fue un duro golpe, porque ella había ganado respeto en la base oficialista durante su rol como Fiscal General de la República, nombrada en 2007 justo en el clímax de la popularidad de Hugo Chávez.
Hoy Ortega Díaz está exiliada en España. Fue destituida meses después de encender el ventilador de cuestionamientos hacia el gobierno de Maduro, y huyó ante el temor de ser detenida. Desde Madrid mira con esperanza las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio: «Venezuela lo que necesita es recuperar la institucionalidad. Que cada Poder haga lo que le corresponde y obedezcan a la Constitución y la ley. Ese día podremos volver con tranquilidad y seguridad. No vamos a correr el riesgo de que nos invente un delito», advierte.A punto de iniciarse oficialmente la campaña electoral para el 28 de julio, Ortega Díaz observa que «el pueblo de Venezuela está dando una importante lección: quiere votar, quiere elegir, está cansado de Maduro». Se trata, a su juicio, de un importante viraje de estrategia ciudadana, pues cree que en los últimos años se habían improvisado algunas acciones que habían hecho perder el camino del voto. «La democracia se defiende con más democracia».
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