(09 de enero del 2024. El Venezolano).- Cuando alguien es una autoridad inevitable, acaso una inteligencia por encima del canon, que, con sus ideas, solo ideas, tortura a sus rivales y les envuelve en una atmósfera de incertidumbre absoluta, es decir, persuade con incontestables argumentos, emerge aquel viejo pensamiento de Jonathan Swift, siempre actual, siempre demoledor, según el cual cuando en el mundo “aparece un verdadero genio, puede identificarse por este signo: todos los necios se conjuran contra él”.
El caraqueño Juan José Rendón, admirable estratega político, para unos, y experto en guerras sucias y falsos positivos, para otros, pero que suele observar donde nadie observa, las motivaciones individuales y colectivas y, en consecuencia, activa sus estrategias con fines políticos, es el pivote del nuevo libro de la experimentada periodista y escritora venezolana María Elena Lavaud, ¿Quién es J.J.?
Sin ser Saturno devorando a su hijo, Lavaud logra exponer al consultor con escrupulosa transparencia, lo muestra en todo su esplendor, y se apoya en una especie de coro griego, que testimonia las huellas de este personaje que ha sido blanco de razonables confabulaciones. Su agilidad en el ámbito de las campañas electorales en Latinoamérica, y más allá, le ha granjeado una inevitable imagen de gurú, ya que, en privado no pocos aspirantes al poder, le comentan sus tribulaciones.
-¿Buscas algo en los libros que no haya emergido del periodismo?
En los libros he encontrado una libertad que nunca me permití en el periodismo, y me ha costado mucho acostumbrarme a ella. En todo caso, hasta ahora casi todo lo que he publicado tiene una raíz periodística. En Días de Rojo, abordo el tema del golpe de estado de Chávez en el 92 y es una novela de autoficción; La Habana sin tacones es un libro de crónicas de viaje donde quise conocer al cubano de a pie para decirles a los venezolanos lo que nos venía, un libro que dejó de ser un presagio para convertirse en una dura realidad; Tatuaje de lágrimas es una novela de ficción pero se inspira en un caso real de violencia de género, y Súbete al tren presenta mi método de coaching de escritura que, precisamente, se basa en cuestionarios, algo que surge del periodismo también y que se repite en este nuevo libro acerca de J. J. porque la espina dorsal es una larguísima entrevista que sostuve con él por varios años.
-¿Por qué seleccionaste a J.J. Rendón como epicentro del libro?
Porque es un estratega venezolano tan exitoso y apreciado como demonizado y atacado, entonces quise descubrir cómo una misma persona puede provocar eso. Estaba convencida de que detrás de un personaje así tenía que haber una gran historia y yo quería contarla en un libro. Cuando se lo propuse me preguntó, ¿tú sabes cuántas personas me lo han planteado? Y me dio rabia porque debí imaginar que si ese libro no existía era porque a él no le interesaba. En cualquier caso le dije que si se decidía algún día que me considerara. Nos habíamos conocido por tuiter intercambiando opiniones acerca de la realidad venezolana cuando yo estaba al aire con mi programa de análisis político Grado 33. Me comentó que admiraba mi trabajo y que lo veía todas las noches. Cuando le dije que emigraba a Miami, me dio su número de teléfono y me escribió, “márcame cuando llegues”. Así fue como lo conocí personalmente. Tres semanas después volvimos a reunirnos y me dijo que confiaba en mí y que hiciéramos el libro.
-¿Cuál es el atributo que ha podido desarrollar J.J Rendón con ingenio en el márquetin político?
La creatividad, definitivamente. Es una de las herramientas que lo diferencia del resto de los consultores y lo coloca en una liga donde, en mi opinión, juega solo. Porque es un hombre adicto a la lectura y eso le da un background intelectual superior al promedio. Además, viene del mundo de la publicidad lo cual le da también es chispa y el punch que se necesita para elaborar mensajes creativos efectivos y de gran impacto. Y, en tercer lugar, es un genio interpretando estudios cuantitativos y cualitativos que usa como nadie para trazar su estrategia.
¿Cuál sería el perfil de un buen consultor político?
Esa es una de las preguntas que le hice en el libro. Yo en lo personal, después de hablar con él y con las más de 100 personas que entrevisté, me atrevo a decir que el atributo más importante de un consultor político es que sepa tomarle la temperatura al electorado al cual se va a dirigir con una campaña, y para el cual va a armar una estrategia buscando que su candidato gane. J. J. ha llegado incluso a diseñar un método propio de hacer los estudios de campo para levantar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible.
-¿Qué aspectos de la Operación Gedeón tocas en el libro?
Todos. Cuando estalla esa noticia, el libro estaba listo, en proceso de diseño, y decidí suspenderlo. No podía publicar sin incluir el tema, entonces decidí esperar que todo se decantara para volver a entrevistar a J. J. sobre eso, cosa que me llevó a recopilar otros testimonios más.
-Es obvio que el carácter de J.J. Rendón incomoda al régimen de Maduro, estaría preso de haberse quedado en Venezuela ¿Qué tanto interviene Rendón en las luchas democráticas en el exilio contra Maduro?
Interviene todo lo que está en sus manos. Su lucha contra la violación a los derechos humanos y el autoritarismo comenzó el año 2004 en Venezuela cuando denunció irregularidades en el proceso de automatización del voto durante el referéndum revocatorio, pero ahora esa lucha se ha hecho internacional y es contra lo que él mismo ha bautizado como “neototalitarismo”. En aquel entonces, unos enviados de Chávez lo escoltaron al aeropuerto, él ya vivía y trabajaba en México, y lo invitaron a “no regresar”; fue lo mismo que le pasó en Cuba años antes cuando dictaba seminarios en La Habana. “Váyase mientras pueda”, le dijeron los esbirros de Fidel Castro.
-Qué diferencias hay entre Rendón y el otro asesor de mucha influencia en Latinoamérica, como el ecuatoriano Jaime Durán Barba?
La verdad no puedo responderte con propiedad, porque no lo conozco ni tampoco a gente que haya trabajado con él, pero he escuchado a J. J. decir que es un consultor de alto nivel, aunque tienen opiniones distintas en ciertos temas.
-¿Cuánto de estrategia de alto octanaje, y cuánto de guerra sucia hay en el método de J.J. Rendón?
Es uno de los temas que abordamos con él y con varios entrevistados en el libro. Hay que ver qué se entiende por guerra sucia. Muchos piensan que exponer corrupción o conductas reprobables del candidato contrario no es guerra sucia sino lealtad con el electorado, que tiene derecho a saber a quién está eligiendo.
-¿Cuál es el antídoto de Rendón ante la autocracia madurista? Sabemos que asesoró a Capriles cuando este, supuestamente, le ganó a Maduro en el 2013.
Él siempre dice que hará todo lo que está en sus manos, incluso ad honorem, para luchar contra el régimen autocrático venezolano y cualquier otro, siempre dentro del marco de la ley, incluso se puede asomar hasta el borde de lo legal, pero nunca quebrantarlo. Eso lo dice siempre.
-¿Qué elementos novedosos surgieron en los testimonios sobre Rendón que te hayan permitido reconocer su trabajo como asesor político?
El altísimo nivel de exigencia con su equipo de trabajo, que excede los límites de lo conocido, y a la vez cómo es capaz de contagiarles un espíritu de triunfo desde el primer día. Todos los testimonios son reveladores de distintos aspectos de esa dinámica. Por otra parte, lo incansable que es. En la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en Colombia, que le encargaron apenas faltando 45 días para la elección, logró revertir la tendencia negativa y finalmente ganar, y eso fue a punta de trabajo ininterrumpido, con tres equipos que cubrían las 24 horas, y en todos estaba él. Ese es un capítulo fascinante del libro.
-¿Qué fue lo que más te llamó la atención de la entrevista con Rendón? ¿Hay miedos, esperanzas, paciencia, amor por el país?
Hay de todo. Creo por ejemplo que Venezuela es su amor imposible. Esa novia que amarás toda tu vida y harás lo imposible para que algún día, concretes eso. Me refiero a la libertad. Hay una pasión muy contagiosa por lo que hace. Es un ser humano que hasta escribe poesía, yo no sabía. J. J. es toda una revelación.
-¿Puede J.J. Rendón asesorar a María Corina?
Puede asesorar a quién sea, siempre y cuando esté dentro de lo que es su esquema de valores y principios. Por ejemplo, en sus contratos hay un epígrafe que dice que no establece relaciones de trabajo con personas que estén vinculadas directa o indirectamente, que hayan estado, estén o piensen en el futuro estar relacionadas con regímenes autoritarios, etcétera. Hasta donde yo sé, en el pasado ha hablado con María Corina un par de veces.
-¿Puedes mencionar a algunos testimonios que nutrieron el libro?
Fueron más de 100 personas de distintos países y todos son importantes, pero puedo mencionar al exembajador en la ONU Diego Arria, al exvicepresidente de Colombia Francisco Santos, a tu editor Oswaldo Muñoz, a la abogada especialista en migración María Trina Burgos, al editor Miguel H. Otero, al consultor y escritor mejicano Liébano Sáenz, que hizo el prólogo; al profesor de ciencia política José Vicente Carrasquero, al periodista Leopoldo Castillo, al editor de la revista Campaigns & Elections Alejandro Rodríguez, a Raúl Lotito, a quien le pregunté si J. J. es una marca o un producto. Son muchos y con todos estoy muy agradecida.