(25 de diciembre del 2022. El Venezolano).- Las campanas de las iglesias repican y los cantos religiosos ascienden al cielo. Este domingo, cristianos ortodoxos festejan la Navidad en Kiev como un desafío hacia las autoridades religiosas rusas, que celebrarán el nacimiento de Jesucristo en dos semanas.
En un templo abarrotado, cerca del célebre monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas ubicado en la capital ucraniana, al lado del río Dniéper, los fieles encienden velas uno tras otro, mientras que otros hacen fila antes de confesarse.
“La guerra nos ha traído mucho dolor”, confiesa a la AFP Olga Stanko, una creyente de 72 años.
“No podemos seguir bajo la influencia rusa”, afirma Stanko, en un contexto en el que el conflicto militar con Moscú se ha desplazado también al terreno religioso.
Ucrania, un país cuya población es en su mayoría ortodoxa, se halla entre una Iglesia dependiente del Patriarcado de Moscú –que anunció romper sus vínculos con Rusia a finales de mayo debido a la ofensiva rusa– y otra independiente de la tutela rusa.
Creada a finales de 2018, la Iglesia ha jurado lealtad al Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, con sede en Estambul.
Según una encuesta de Interfax-Ucrania realizada en noviembre, el 44% de los ucranianos estaban de acuerdo con la idea de celebrar la Navidad el 25 de diciembre en lugar del 7 de enero, fecha de la Navidad ortodoxa.
– “La gran luz” frente a “la penumbra” –
En esta iglesia de Kiev, la guerra nunca está lejos. El hijo de Olga está luchando en Bajmut, epicentro de los combates entre los ejércitos ucraniano y ruso en el este de Ucrania, reportó RFI.
“Olvidamos que eran nuestros enemigos, éramos tan crédulos. Y ahora nos ha llegado una guerra, una calamidad”, lamenta.
No muy lejos, Olena Zakharova-Gorianska asegura sentirse feliz por celebrar la Navidad el 25 de diciembre por primera vez.
“No quiero tener nada que ver con los ocupantes, con el enemigo”, asevera esta mujer que sobrevivió a la ocupación rusa de la ciudad de Gostomel, en las afueras de Kiev, en las primeras semanas del conflicto.
En su sermón, el padre Mijailo Omelyan no puede evitar el tema de la invasión rusa y sus consecuencias en la vida de millones de ucranianos, entre cortes regulares de electricidad y falta de calefacción.
“Las personas que están (hoy) en la penumbra han visto una gran luz y, los que están en la sombra de la muerte, la luz ha brillado sobre ellos”, señala ante los fieles.
Antes de atacar directamente a los rusos, sin nombrarlos: “Hay gente que prefiere la oscuridad a la luz, porque sus acciones son diabólicas”.
– Periodo de transición –
Fuera de la iglesia, varios elementos recuerdan la guerra: un tanque del ejército ruso destruido se encuentra a pocos metros de distancia y una sirena antiaérea suena durante 25 minutos durante la misa.
En las redes sociales, los usuarios se divierten incluso sustituyendo, en fotos, a los Reyes Magos –que visitan a Jesucristo después de su nacimiento en la religión cristiana– por soldados ucranianos.
Pese a esta misa celebrada el 25 de diciembre, el padre Andrii prevé organizar una ceremonia litúrgica el 7 de enero.
“Para mí, es un periodo de transición. Hay cosas que no podemos cambiar radicalmente de golpe”, remarca el religioso, que cree que pasarán años hasta que se introduzca definitivamente en la cultura popular.
“De hecho, debemos acordarnos del acontecimiento que celebramos –el nacimiento de Jesús–, no la fecha”, abunda.