(14 de junio del 2019. El Venezolano).- Ser gay, lesbiana o transgénero no es para nada fácil, la mayoría de estas personas nacen de esa forma, sin embargo viven los primeros 20 años de su vida en un hermetismo, esto por lo menos en las generaciones más recientes, otros llegaron a la vejez con el secreto
Sin embargo, la sociedad aún no digiere este tema con facilidad, y reciente mente se conoció un estudio de la Oficina de Las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Onudc) en la que asegura que más del 50% de los jóvenes de la comunidad LGBT fueron forzados por sus familiares a ir a terapias conversivas y así corregir su condición.
Dichas terapias dudosamente logran su cometido. De hecho la Organización Mundial de la Salud eliminó tanto la homosexualidad como la disforia de género de su listado de enfermedades mentales.
Lea también: ¡Amor es amor! Ecuador legalizó el matrimonio homosexual
Estos anuncios, no han sido suficiente para frenar la conducta de los padres quienes someten a sus hijos a los llamados Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig).
Pero, más que generar ayuda, estas terapias hacen sentir más frustrados a los jóvenes que no se hayan en su entorno, produciendo así más temores que los impulsan a cometer suicidios y a sumirse en depresiones. De hecho los estudios hablan que son tres veces más propensos a quitarse la vida.