(30 de enero del 2022. El Venezolano).- En esta fresca mañana del sur de la Isla de Gran Canaria, situada en pleno océano atlántico y a solo 114 millas náuticas de la costa occidental de África, me he despertado con, una más, preocupación por el presente y sobre todo por el futuro de esa amada tierra llamada Venezuela. Reviso los hechos más importantes allí ocurridos y no puedo evitar pensar en el futuro físico y real de Juan Guaido como presidente interino del gobierno de Venezuela. ¿Se está acercando a un final? Es tan confuso, al menos para mí, el panorama de Venezuela, que realmente no puedo tener claro si estas últimas amenazas de Maduro son reales o es parte de un teatro el cual tiene un inocente pueblo pero al mismo tiempo, víctima de lo que se considera un diario y permanente ejecutor de crímenes de lesa humanidad.
Por Raúl Ochoa Cuenca
Según algunos analistas las amenazas de Maduro en contra de una figura, quien para muchas democracias del mundo representa la institucionalidad y el respeto por las libertades y quien, paradójicamente, es objeto de muy severos juicios de la misma oposición, esta vez no son charlatanerias, sino la decisión de ir adelante con el zarpazo final de lo que queda de la democracia en Venezuela.
Maduro está envalentonado con el baño de democracia, ya que pareciera, y así lo cree, que está engañando al mundo libre, al reconocer la victoria de la oposición en Barinas y sobretodo con la mención de Venezuela como moneda de intercambio en el macabro juego de los intereses geopolíticos de las grandes potencias del mundo.
La cosa es en serio, así pareciera y desafortunadamente también lo temen analistas que siguen el desarrollo del proceso venezolano. Durante una alocución, en un cínico acto celebrado en el Palacio de Miraflores, en ocasión de la conmemoración del 23 de enero de 1958, fecha de la caída de Marcos Perez Jimenez, el penúltimo dictador venezolano, Maduro manifestó que sabían que desde la Casa Blanca se “pretendía imponer un presidente títere” en el país. Esto, aseguró, con la intención de “ejecutar un plan de golpe de estado y de intervención militar y de control del poder político en Venezuela”
“Te sale Tocorón, títere ladrón. La justicia justa y constitucional a veces tarda, pero de qué va a llegar, llegará. Tenga la seguridad, el pueblo de Venezuela, de que aquí va a haber justicia”, dijo
Y la verdad verdadera es que a este grupo que ilegítimamente tiene bajo secuestro la nación, incluyendo un pueblo como rehén, no se le arruga la frente para detener y como se dice
coloquialmente, al preso político simplemente lo encierran y botan la llave. Entonces Presidente Guaido que haría ante la llegada de las camionetas de la DGCIM a su casa ?, ¿estarán los vecinos armados con suficientes piedras y bastones y sobre todo disponibles para enfrentarse a esos bárbaros armados con sus AK 47 de última generación dotados de rayos láser ? ¿Que suene el teléfono de la línea privada de Maduro y desde la Casa Blanca le exijan al dictador que respete su incolumidad ? ¿ Entonces presidente Guaido, habrá llegado el momento para la formación de un gobierno de la República Bolivariana de Venezuela en el exilio ? Permítame presidente decirlo, creo que sí, que ha llegado el momento.
Para el reconocimiento de un gobierno en el exilio, según el Profesor Fabian Novak Talavera en su obra “ Gobiernos en el exilio” es necesario exhibir ciertas y necesarias condiciones para el reconocimiento de un tal gobierno. “Los gobiernos en el exilio, son obligados a abandonar el territorio de su Estado a raíz del accionar de un Estado extranjero y no por la influencia del pueblo soberano a la que se refiere la doctrina constitucional”.
En base a esto, podríamos ensayar una definición y señalar qué debe entenderse por gobierno en el exilio, a aquella organización político-jurídica del Estado que, frente a la ocupación total de su territorio por parte de fuerzas militares foráneas, busca refugio en el territorio de un Estado extranjero, siendo reconocido como el gobierno legal del Estado por la comunidad internacional; ejerciendo similares atribuciones y facultades que cualquier otro gobierno territorial. A partir de esta definición, debemos analizar los diferentes aspectos que de ella se derivan. Se llama así a aquel gobierno que reclama, desde el exterior, la legítima autoridad sobre un Estado de cuyo control gubernativo ha sido despojado por la fuerza.” O en el caso que nos ocupa, simplemente por esa misma fuerza le ha sido imposible ejercer el control gubernativo.
Agrego la opinión del jurista colombiano Diego Parra Prieto, presidente del Centro Jurídico Internacional de Colombia: “Un gobierno en exilio es un grupo político que reclama derechos de ser legítimamente el gobierno de un país y demuestra que se le está vulnerando la oportunidad de ejercer derechos y deberes sobre el territorio, sin embargo es importante determinar que aunque estos tipos de gobiernos no tienen un territorio establecido, pueden llegar a realizar acciones en la conducción de sus asuntos diarios.
Tratándose de la actual situación en la que se encuentra el gobierno interino el cual, recordemos, tiene como fuente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en el artículo 233 para el establecimiento de un gobierno interino, y en el 333 para restablecer la vigencia de la constitución, teniendo en cuenta que consideran ilegítimas las elecciones del pasado 20 de mayo en la que Maduro fue reelegido. Además de el hecho, de inaudita gravedad, como lo es que Venezuela se encuentra actualmente en proceso de desintegración como nación soberana, al estar continuamente perdiendo territorio y población con un órgano administrativo ilegalmente constituido. Aquí hago un paréntesis para recordar que aunque un gobierno en exilio no tienen un territorio establecido, pueden llegar a realizar acciones en la conducción de sus asuntos diarios entre las cuales se encuentran:
Nombrar un gabinete.
Nombrar un efectivo contralor general de la República que vele por los activos hoy bajo la responsabilidad del gobierno interino y sus gastos, por ejemplo la supervisión administrativa de Citgo, Monómeros de Colombia, así como varios activos recuperados por países amigos.
Nombrar un Fiscal General de la Nación.
Hacerse parte en un tratado bilateral o internacional.
Enmienda o revisión de su propia Constitución.
El mantenimiento de fuerzas militares.
Expedición de tarjetas de identidad y Pasaportes.
Aquí es bueno recordar que el interinato, como ordena el art 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no ha podido ser ejercido dentro de las fronteras patrias, ante la alianza de los ejercitantes del poder político y administrativo por parte de grupos de civiles en unión con las fuerzas armadas nacionales, en complicidad con fuerzas armadas foráneas, imposibilitan el cumplimiento de lo ordenado por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Por lo tanto se podría considerar a Venezuela como una nación bajo ocupación de fuerzas militares foráneas, intervención ésta que tiene como fuente acuerdos secretos entre los gobernantes ilegítimos de Venezuela y los gobiernos de ocupación.
Ante esta inocultable realidad, Venezuela reúne las condiciones que exige la comunidad internacional para el establecimiento de un gobierno en el exilio, para que a través de este ejecutivo poder ejercer, algunas de las funciones inherentes a un gobierno, teniendo como fuente su condición de representantes legalmente electos para que en eventualidades, como la que vive hoy Venezuela, se constituyan y actúen en consecuencia. Actualmente el gobierno Ad Interim presidido por Juan Guaido, tiene el reconocimiento de 57 países, entre ellos las mayores democracias del mundo.
El profesor Edgar Bodenheimer en su obra Teoría del Derecho (McGraw-Hill 1940), señalaba que el gobierno no era sino un mandato, que podía ser revocado, limitado o modificado a voluntad exclusiva del pueblo soberano. Este principio actualmente en Venezuela es imposible de cumplir, no obstante estar previsto en la carta magna venezolana.
Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 30 de enero de 2022.