(31 de julio del 2022. El Venezolano).- Tuve la oportunidad de leer por tercera vez el extraordinario libro de nuestro estimado amigo Héctor Alonso López: El Rostro Humano de la Política. Un libro excepcional, un testimonio, una vida, una trayectoria vital de un líder político, consustancial con la historia política de la Venezuela de los últimos treinta años del siglo XX. La expresión histórica, de una generación, que él lideró con un papel estelar en la constitución, el fortalecimiento y la consolidación del movimiento juvenil de Acción Democrática a lo largo y ancho del territorio nacional.
Por Ramón Rivas
La Venezuela 2000, la más hermosa iniciativa política que picoteó el fervor juvenil de Acción Democrática por todo el país, contribuyendo con el triunfo del Candidato presidencial CAP en las elecciones presidenciales, realizadas en el mes de diciembre 1988. Su temple vital, su capacidad política y conexión con la geografía venezolana, lo convirtieron en un líder político nacional, ocupando cargos de importancia en el partido de A.D, en el poder Legislativo y en el primer gobierno de CAP (1974-1979). Al mismo tiempo, Héctor Alonso López, testigo excepcional de los acontecimientos nacionales e internacionales, que se gestaron entre 1966 y 1993.
El líder estudiantil que se forjó en la ciudad de Mérida, hasta alcanzar su madurez política a lo largo de unas cuantas décadas en la cuidad de caracas. Sin duda alguna, parte vital en las dos gestiones de gobierno en la que Carlos Andrés Pérez fue su protagonista estelar en el rumbo que Venezuela tenía que tomar hacia una nueva perspectiva histórica. Un testigo que observó cómo y de qué manera la nación entró a una nueva fase de la historia de la Venezuela del siglo XX. Por esto, su libro de suma importancia para comprender su liderazgo político, la de su partido Acción Democrática y el rol de esa figura política en la conducción de la Venezuela moderna, como lo fue Carlos Andrés Pérez. Un testimonio propio que deja correr en más de 549 páginas en la que describe la génesis, el desarrollo, el fortalecimiento y la consolidación de su liderazgo político que remontó la cumbre andina hasta alcanzar en el horizonte la Caracas de los techos rojos.
En el seno de su familia, honorable y noble familia, despertó en su ánima su vocación por la política y la educación. Sus padres, el maestro Don Gustavo Amador López y Doña Hilda de López, inculcaron en el espíritu de Héctor Alonso López la formación moral que determina el temple, el carácter y el destino vital para el ejercicio de la política como el camino que hace posible la convivencia y el respeto mutuo.