(10 de octubre de 2019. El Venezolano).- El servicio de ambulancias se ha convertido en una nueva víctima de la crisis política y económica de Venezuela, debido a los problemas para abastecerse de combustible y dirigirse a atender emergencias mientras la escasez de gasolina empeora.
Las enormes filas, que se extienden por kilómetros (millas) en las gasolineras, son algo común para los residentes que viven en estados fronterizos o en zonas remotas del país sudamericano, que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo.
Sin embargo, los socorristas en el estado montañoso de Táchira, dijeron esta semana que no pudieron atender un servicio prioritario debido al trabajo de los traficantes que llevan la gasolina de bajo precio de Venezuela a Colombia a cambio de grandes ganancias.
“No podemos equipar unas ambulancias”, comentó Nelson Suárez, asistente médico de servicios de Protección Civil. “Tenemos unidades que en ruta a emergencias se nos han quedado sin combustible”.
Suárez dijo que sin gasolina, los conductores no pueden proporcionar transporte de rutina a mujeres que dan a luz, a los pacientes de edad avanzada con enfermedades terminales que necesitan atención y a los diabéticos que requieren diálisis. Los trabajadores médicos señalaron que sólo es cuestión de tiempo antes de que la escasez termine en una muerte innecesaria.
El lunes, la gravedad de la situación quedó expuesta luego de que dos soldados y un civil que resultaron heridos en un accidente de tránsito se vieron obligados a depender de un automovilista que pasaba por el lugar para que los trasladara a una clínica regional y fueran atendidos debido a que no se pudo enviar una ambulancia por ellos. Sus lesiones resultaron ser relativamente menores.