(24 de septiembre del 2022. El Venezolano).- Hablar de la relación Venezuela-Colombia es hablar de política, más allá de si el tema central versa sobre economía, cultura o deporte, y la reapertura de la frontera no podía ser menos. Entre cifras y previsiones comerciales, se cuelan recuerdos de huidas, bloqueos de ayuda humanitaria o recitales de protesta que dan paso a una nueva era. O no.
Tras años de confrontación entre los Gobiernos de ambos países, la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia el pasado 7 de agosto supuso un giro sin precedentes en las relaciones diplomáticas y un idilio apresurado que avanza hacia un matrimonio de conveniencia, cuya duración dependerá de la disposición de unos y otros a ceder terreno.
Y como en todo noviazgo incipiente, ya surgieron las primeras diferencias, aunque quedaron solapadas por el interés de las partes en aparentar un vínculo incondicional en la riqueza, más que en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe.
En los últimos años, el país caribeño y el andino, con Nicolás Maduro e Iván Duque en sus respectivas presidencias, se asentaron en una confrontación permanente desde el mismo momento en que el colombiano llegó al poder en agosto de 2018, coincidiendo con una etapa en la que el venezolano había perdido popularidad.
Ya en 2015, había comenzado lo que parecía el principio del fin del chavismo, al perder el Parlamento, que pasó a manos de la oposición tras ganar las elecciones legislativas, lo que dio paso a la primera crisis institucional a la que Maduro tuvo que hacer frente desde la Presidencia.
Ese mismo año, el mandatario venezolano ordenó cerrar la frontera con Colombia, en medio de una fuerte tensión política con el Gobierno del entonces presidente del país andino, Juan Manuel Santos.
El cierre se produjo después de que tres miembros de la Fuerza Armada y un civil resultaran heridos en un enfrentamiento con supuestos contrabandistas. Y aunque los conflictos de este tipo eran habituales en la zona, esta vez le sirvió a Maduro como excusa para girar la llave, con la clara idea de que la situación sería revertida cuando él considerase, reportó Swissinfo.
Pero todo parece haber quedado en el olvido con el relevo en el Gobierno de Colombia y el momento dulce que vive el mandatario venezolano, aupado por el giro a la izquierda en Latinoamérica en los últimos tiempos y el declive del opositor Juan Guaidó, quien, hace tan solo tres años, era reconocido como presidente encargado por unos 50 países.
Con Estados Unidos a la cabeza, Duque era uno de los principales valedores del antichavismo, con el fin de sacar a Maduro del poder, un objetivo que se ha ido difuminando en el tiempo a medida que Guaidó fue perdiendo aliados.