(12 de agosto del 2024. El Venezolano).- Una familia migrante venezolana se encontraba entre los pasajeros del siniestrado vuelo 2283 de la aerolínea Voepass que el viernes se estrelló en la localidad de Vinhedo, estado de Sao Paulo, Brasil, en un lamentable accidente en el que perdieron la vida las 62 personas a bordo de la aeronave.
Josgleidys González, su madre María Gladys Parra y su pequeño hijo de cuatro años, Joslan, abordaron el avión en Paraná, en el sur de Brasil, para emprender el largo viaje hasta su natal Venezuela, donde iban a tramitar unos documentos para luego viajar a Colombia.
Josgleidys era una joven de 25 años que hace apenas cuatro meses había llegado junto a su madre y su hijo a la ciudad de Cascavel, de solo 350.000 habitantes, ubicada en el estado de Paraná. Josgleidys formaba parte de los 7.7 millones de venezolanos, según la ONU, que han salido de su país para huir de la crisis económica, social y humanitaria provocada por más de dos décadas de políticas socialistas del llamado «chavismo», reseñó Diario Las Américas
La joven trabajaba como cajera en un supermercado en Cascavel, según relató una allegada brasileña Thaiza Evangelista, quien contó que Josgleidys había decidido ir a su estado natal en Venezuela, Bolívar, para tramitar unos documentos, y luego emprender un nuevo viaje a Colombia donde la esperaban unos familiares para hacer un nuevo intento por salir adelante ya que en Brasil la vida le resultó muy costosa.
«Tenían la intención de ir a Colombia porque tenían familiares allí y no necesitarían pagar vivienda, porque aquí lo más difícil era el alquiler», relata Evangelista, que las semanas previas a su partida los ayudó con los preparativos.
Esta mujer protectora de animales de 52 años también los convenció de llevarse a su perrita de seis meses, Luna, e hizo una colecta para costear los gastos, sobre todo por Joslan, dice, «que lloraba sin parar porque no la quería dejar».
La travesía empezaba en este vuelo de Cascavel a Sao Paulo, después vendría otro avión a Boa Vista (norte), ahí una camioneta a Pacaraima, cerca de la frontera venezolana, y un autobús que tardaría 12 horas hasta su localidad natal en el estado Bolívar.
«Ella me mandó un último mensaje a las 11:16, que todo había salido bien y que ya iban a abordar el avión», recuerda Evangelista.
Pero el plan de Josgleidys, su madre y su hijo se truncó.
Un rato después del último mensaje, Evangelista comenzó a recibir las noticias de que un avión con destino al aeropuerto de Guarulhos se había caído.
«Me empecé a desesperar, fui hablando con todo el mundo, no salía la lista (de víctimas), hasta que tuve la confirmación de que era su vuelo», contó por teléfono desde Cascavel, donde amigos y vecinos se reunieron tras la conmoción de la noticia.
La aerolínea Voepass confirmó que en el vuelo 2283 viajaban Josgleidys, su madre María Gladys Parra, Joslan Pérez y la perrita Luna.