(24 de julio del 2023. El Venezolano).- Este trabajo tiene como objeto el recordar que fue el profesor Robert Oppenheimer, el inventor de la bomba atómica, que al ser utilizada por los Estados Unidos pocos días después, significó el ponerle fin a la segunda guerra mundial. Las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki sirvieron para la rendición de Japón, última potencia beligerante que aún combatía, ya que Alemania se había rendido el 7 de mayo, así como la República Social Italiana el 28 de abril, con la muerte de Mussolini.
Por Raúl Ochoa Cuenca
El éxito de este invento fue comprobado el 16 de julio de 1945, sólo 22 días antes del lanzamiento de las bombas sobre las dos ciudades japonesas, sino que el invento de Oppenheimer le informaba al mundo que a partir de ese momento la humanidad, toda ella, estaría en constante peligro de extinción
Era la madrugada del 16 de julio de 1945, Oppenheimer y su reducido grupo de estrechos colaboradores esperaban en un búnker el momento que cambiaría el mundo. A unos 10 km de distancia, históricamente la primera prueba de una bomba atómica, cuyo nombre en código era «Trinity», estaba programada para llevarse a cabo en la seca tierra del desierto “Jornada del Muerto», en el estado de Nuevo México. Efectivamente, el invento de este fisico teorico, nacido en Nueva Jersey, de origen judío y profesor en la Universidad de California en Berkeley, cambio desde ese momento el curso de una guerra que ya acumulaba 18 millones de muertes aliadas mas 22 millones solo de sovieticos. Pero me permito decir que no solo cambió el curso, al obligar a los japoneses a rendirse y así finalizar la guerra, igualmente abrió ese mismo dia una compuerta que ya hoy, solo la Federación Rusa, asegura que en su arsenal tienen bombas de hasta 3300 veces más potentes que las lanzadas en Hiroshima y Kawasaki 78 años atras.
Manhattan fue un proyecto de investigación y desarrollo llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, que produjo las primeras armas nucleares, liderado por los Estados Unidos con el apoyo de científicos británicos y canadienses. Desde 1942 hasta 1946, el proyecto estuvo bajo la dirección del mayor general Leslie Richard Groves Jr. quien era un ingeniero del ejército americano. Este militar compartía la dirección de Manhattan con el físico teórico Robert Oppenheimer, quien era el director del Laboratorio Nacional de Los Álamos
Si, fue al amanecer de ese 16 de julio del año 1945, cuando la primera bomba nuclear explotó. Fue una exitosa prueba y sus creadores informaron inmediatamente al presidente de los
Estados Unidos, el Sr. Harry S Truman del resultado. Resultado que significaba que a partir de ese mismo momento, el presidente de los Estados Unidos podría decidir si utilizarla o no, donde y cuando, pero con la seguridad de que en caso de su empleo, significaria un antes y un después en lo que se había conocido como armas de guerra.
Realmente pareciera que fue una jugada del destino. El presidente Harry S Truman fue durante su gestión como vicepresidente muy poco protagonista, estaba en las sombras y pocos veces fue llamado para consultas por el muy activo presidente Roosevelt. No sabría como calificar que fuese el vice presidente Truman el escogido por el destino para poner fin en abril de ese mismo año a la segunda guerra mundial. Pues si, fue ese día, 16 de julio con la explosion de la bomba en el desierto de Nuevo México, que el invento de Oppenheimer le informaba al mundo que a partir de ese momento la humanidad toda ella estaría en constante peligro de extinción.
Eso fue lo que ocurrió después de que Harry S.Truman autorizara el lanzamiento de una hoy considerada pequeña, muy pequeña bomba atómica sobre la localidad japonesa de Hiroshima, un 6 de agosto de hace ya 78 años. La bomba de uranio-235 de 4.400 kilogramos de peso, 3 metros de longitud, 75 centímetros de diámetro y una potencia explosiva de 16 kilotones o sea 16000 toneladas dinamita, cayó matando al instante a 66.000 personas, hiriendo a otras 69.000. Al final se calculan 169.000 víctimas entre civiles y militares en esa ciudad.
El presidente Truman justificó su decisión, afirmando que: «La usamos (la bomba) para acortar la agonía de la guerra, para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses». Truman le dijo al mundo el 9 de agosto que había decidido lanzar una segunda bomba nuclear sobre el imperio de Japón, en la ciudad de Nagasaki, donde este ataque dejó en forma instantánea 70.000 muertos. Estos dos ataques obligaron la rendición de Japón y con ella la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Definitivamente, el invento del profesor Oppenheimer, es verdad que puso fin a la segunda guerra mundial, pero al mismo tiempo abrió una puerta tan ancha como para que dia a dia algunos autócratas, jefes de gobierno, amenacen a la humanidad con con estas armas que podrían generar en cuestión de minutos millones de muertes, así como la total destrucción física de enteras ciudades. Me refiero a los presidentes Putin y Kim Jong-un, de Rusia y Corea del Norte, respectivamente.
“Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos» afirmó el científico al observar los estragos causados por su invento sobre las ciudades de Hiroshima y Kawasaki, manifestando su profunda tristeza. No obstante la confesion de Oppenheimer por las consecuencias de su invento, menester es reconocer que para ese momento, los bombardeos que la fuerza aerea aliada arrojaba sobre el territorio nipon ya habían causado más muertos que los que provocaron los dos artefactos nucleares. Japón no se rendía. Y la alternativa al ataque nuclear, era una invasión acompañada por un bloqueo naval, el cual, muy probablemente hubiera tenido un costo todavía mucho mayor en vidas humanas, para ambos bandos.
La decisión del presidente Truman, de lanzar estas bombas atómicas, para muchos expertos y para observadores, como es mi caso, fue acertada. El horrible balance de esa guerra, originada por las ambiciones expansionistas de un desequilibrado mental, llamado Adolf Hitler, quien pasó de ser el mayor tribuno de alemania, al mayor asesino en serie de la historia contemporánea. Según la Enciclopedia Británica, se estima que entre 40 y 50 millones de personas murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Entre las potencias aliadas, la URSS fue la que sufrió el mayor número de muertos. Según las autoridades soviéticas de ese momento fueron 22 millones las víctimas de guerra. Además se cree que murieron 5,8 millones de polacos, lo que supone el 20% de la población de ese país, entre víctimas de la guerra y víctimas de la persecución nazista. Estados Unidos, al librar una guerra fuera de su territorio, tuvo una cantidad limitada de bajas militares: unos 298.000 estadounidenses. Por su parte, entre las potencias del Eje, hubo alrededor de 4,2 millones de muertes de alemanas, 600.000 italianas y 1.972.000 muertes japonesas.
Se calcula que hacia finales de 1945, las bombas atómicas americanas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki habían totalizado unas 246 000 víctimas, sólo la mitad falleció como consecuencia directa del ataque, el resto falleció en medio de horribles sufrimientos debido a los efectos de la radiación, cuales fueron devastadores para miles de personas. Los que sobrevivieron, padecieron numerosas enfermedades a lo largo de los años, como ceguera, cataratas, leucemia, cáncer de tiroides, mutaciones y depresión, son algunos de los efectos de la radiación según la Organización de las Naciones Unidas y de sus organismos especializados.
Las consecuencias del contacto humano con las radiaciones son de suma gravedad, así como 78 años antes lo vimos en Japón, el mundo las pudo ver más recientemente a causa del llamado accidente de Chernobyl. Sucedido el 26 de abril de 1986, cuando el reactor cuatro de la Central Nuclear “Victor Illich Lenin”, en el norte de Ucrania, explotó originando que se liberaran grandes cantidades de partículas radiactivas en la atmósfera, provocando unas nubes contaminadas en toda Europa y exponiendo a millones de personas a peligrosos niveles de radiación.
El arma de destrucción masiva (bomba con poder nuclear) con la cual el gobierno de Rusia amenaza al mundo, es 3.300 veces más potente que las bombas que los Estados Unidos lanzaron sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto del año 1945. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53951839
La historia del ser humano está llena de paradojas y de grandes contradicciones, bueno, si es por eso, porque somos seres humanos. Por ejemplo, que a estas armas, verdaderas máquinas de destrucción, las denominamos también, armas disuasivas. Nos referimos al hecho de cómo el desarrollo de las armas nucleares con el potencial de reducir nuestro planeta varias veces a cenizas, son precisamente el mayor garante de la paz en el mundo, esperando su mismo creador, el hombre, que actúen como instrumentos disuasivos. (1).
Así vemos que ese 16 de julio de 1945 se dio inicio al desarrollo de armas que hoy, después de 78 años, con solo tocar un botón, ese insignificante gesto nos podría llevar a un rápido final, convirtiendo la humanidad en pocos segundos, en solo polvo.
Concluyo con una reseña que ofrece el diario elcorreo.com de Bilbao, España y aparecida en ese periodico vasco el 22 de mayo del año pasado. El programa ’60 minutos’ de la primera cadena de la televisión pública rusa ha simulado cómo su presidente, Vladímir Putin, podría lanzar un ataque nuclear en Europa que tomaría menos de cuatro minutos y al que nadie «sobreviviría». A Londres serían unos 202 segundos. A París, 200 y a Berlín, 106. Ese es el tiempo aproximado que tardaría en llegar a esas ciudades los misiles rusos con las terribles consecuencias que todos imaginamos. Si, es una simulación, pero la utilización del átomo, no es un juego.
Raúl Ochoa Cuenca en Anfi del Mar, el 22 de julio del año 2023.
Video: Hiroshima. Sobreviviente recuerda la bomba atómica 70 años después. 4’.58” .
(1). Del mismo autor: La doctrina de la destrucción mutua asegurada.