(08 de abril del 2024. El Venezolano).- Cuando sus tormentas arreciaban, Carlos Andrés Pérez solía decir “llueve y escampa”. Y vaya que el líder nacido un 27 de octubre de 1922 debió soportar muchos cielos encapotados. Hace 15 días uno de sus principales alumnos se entremezcló con una borrasca que terminó por meterlo de lleno en uno de esos temporales que asoman rudos presagios.
Escrito por: Pascual Circelli
Ese discípulo es Manuel Rosales, el personaje que acompañó a CAP desde el Zulia en la gran épica del siglo pasado. Según la narrativa de Simón Calzadilla y varios expertos en materia electoral, Rosales se inscribió cuando faltaban unos tres minutos para el cierre del proceso en el CNE.
Han dicho que Maduro estuvo a 90 segundos de conseguir otros seis años en Miraflores de la manera menos esperada. La explicación en el seno de la Plataforma Unitaria es muy distinta al paredón de fusilamiento que se desató minutos después de aquel 25 de marzo. La verdad verdadera es que hubo hasta nueve nombres en el barajo, pero ninguno quiso asumir la candidatura. Lo de Corina Yoris ya estaba firme respecto a que “el filtro” del CNE no le permitiría inscribirse.
A partir de las 7:00 de aquella noche, hubo un acuerdo que contaba con la aprobación de María Corina Machado, pero cuando se le planteó “al filtro” tampoco pasó el obstáculo. Narraba Calzadilla que a partir de las 11:00 de la noche la mayoría comenzó a plantearle a Rosales que se postulara, pero el fundador de UNT se negaba porque no observaba unanimidad. Hasta que factores de AD, Primero Justicia, MAS, MPV y partidos que no están en la PUD lo convencieron de dar el paso porque había que salvar la ruta electoral por la única rendija que se les permitía.
Desde entonces, Rosales entró de lleno al cielo encapotado. En las redes sociales hubo una arremetida que ni siquiera Maduro ha padecido. Supuestos allegados a María Corina se encargaron de activar una metralla incesante con epitetos de toda suerte. La primera respuesta de Rosales ocurrió en una rueda de prensa al mediodía del 26 de marzo.
“Yo no vine a quitar a nadie, yo no vine a desplazar a nadie…Pero no iba a permitir que se perdiera la ruta electoral”, respondió entre un mar de voces reporteriles que soltaban 10 preguntas por segundo. Al día siguiente, retornó a Maracaibo y se presentó ante una multitud para explicar las razones de su postulación porque, en todo caso, como gobernador tiene deberes frente a sus electores del Zulia.
“Desde aquí les digo: Si tienen otra opción, estoy dispuesto a entregarles la candidatura… ¡búsquenla! …pero no le sigan diciendo mentiras a los venezolanos”. En ese momento, las redes sociales entraron en un recalentamiento inusitado.
Desde un bando arreciaron las arremetidas, desde el otro insistían en que la ruta es electoral. Entonces, apareció la famosa entrevista con Vladimir Villegas. Era miércoles 3 de abril. Ahí apareció un Rosales jamás visto. Estuvo fluido, contundente, categórico y convincente.
Sintonía total. Visualizaciones récords. Rating fenómeno. Trending topic.
Le puso un lacito a la candidatura y advirtió que, si la Plataforma Unitaria no lo apoyaba, se la entregaría y regresaría al Zulia para continuar con su plan regional de gobierno. La tormenta comenzó a amainar. Desde ese momento comenzaron a aparecer los columnistas con fama de sensatos. Los posts favorables a sus planteamientos crecieron. La metralla aflojaba.
Y llegó el domingo 7 de abril. Rosales apareció en Venevisión a las 8:00 de la mañana con Margarita Oropeza. Vestía un terno azul medianoche y una corbata de elegante juego con la ocasión.
Esta vez insistió en advertir que “cuidado llaman a la “abstención”. Volvió a sentenciar que el chavismo tiene 25 años destruyendo al país y que ya es hora de concretar una transición por la vía electoral. Tras responder de nuevo que no está apurado por ser candidato, Rosales dejó la pelota en terrenos de la Plataforma Unitaria y le recordó que sería una gran irresponsabilidad dejar a Maduro solo en la cancha.
Ya a las 2:30 de la tarde del mismo domingo 7, Rosales se sumaba a la caminata de 6 kilómetros bajo un sol que calcinaba en Maracaibo. No podía ausentarse de la adoración al Jesús de la Misericordia. En Grano de Oro, sitio de la liturgia, se le vio orar ante el gran altar. En todo momento, tanto en la kilométrica caminata como frente a los aposentos, evitó responder a los aplausos de quienes lo aupaban. Respeto total a lo divino.
Es lunes 8 de abril. Se agota el tiempo para decidir. Los 10 partidos de la Plataforma tienen la palabra. Entretanto, Rosales amaneció inspeccionando obras y alistando inauguraciones como las del viernes 5 de abril en el Hospital Central de Maracaibo y las del sábado 6 en Cabimas.
En las próximas horas hablará de robótica, inteligencia artificial, mecatrónica y tecnologías tridimensionales porque es un área que ha impulsado en estos dos años como gobernador. Sus colaboradores más cercanos amanecieron con las piernas aporreadas debido a la caminata de la Misericordia con sensación térmica de 42 grados. Creían que habría reposo porque, además, a Rosales un señor bastante entrado en kilos le pisó un pie que lo hizo cojear durante más de 5 kilómetros. Pero no.
Rosales madrugó, desayunó arepas con carne y se puso en marcha. En un interín leyó algunos mensajes y delegó las solicitudes de entrevistas internacionales.
En uno de los pasillos reprochó a un dirigente porque le oyó comentarios divisionistas. “Todos merecen respeto. Son nuestros compañeros de lucha, aunque pensemos distinto. El adversario es otro. Allá lo tenemos en Miraflores. Han acabado con el sistema eléctrico, se pelean con otros paises, mantienen unas pensiones por menos de 4 dólares mensuales…esos sí son nuestros adversarios”.
La pregunta es: ¿Qué decidirá la Plataforma Unitaria? Porque en las redes sociales, comienzan a soplar vientos a favor de Rosales.