(22 de febrero del 2021. El Venezolano).- Cargado con cientos de empresas estatales fallidas en una economía que se precipita por un precipicio, el gobierno venezolano está abandonando la doctrina socialista al ceder empresas clave a inversionistas privados, ofreciendo ganancias a cambio de una parte de los ingresos o productos.
Decenas de plantas químicas, procesadoras de café, silos de granos y hoteles confiscados en las últimas dos décadas han sido transferidos -pero no vendidos- a operadores privados en las llamadas alianzas estratégicas, dijeron nueve personas con conocimiento del asunto. Los gerentes cubren la nómina y las inversiones y entregan productos y un porcentaje de sus ingresos al gobierno.
“Creemos que esto es positivo porque es la sincronización del sector público con el sector privado”, dijo Ramón Lobo, legislador del gobernante partido socialista y exministro de Hacienda. “El estado actúa como supervisor y recibe una compensación”.
El cambio se manifiesta en la agricultura, parte del esfuerzo del presidente Nicolás Maduro por alimentar a una población hambrienta después de siete años de colapso económico y social. No está claro cuánto dinero aporta la nueva política, que sigue a la aprobación el año pasado de una ley «anti-bloqueo» que busca reducir el impacto de las sanciones de Estados Unidos y alentar la inversión. El gobierno ahora permite que fluyan las remesas en dólares y que la empresa privada florezca en pequeños bolsillos.
Maduro tomó el poder hace ocho años después de la muerte de Hugo Chávez, quien lanzó la revolución socialista al confiscar más de 1,000 empresas y numerosas fincas y propiedades, incluidos activos de multinacionales como Kimberly-Clark, Cemex y Kellogg’s. Las nuevas empresas estatales fracasaron estrepitosamente debido a la mala gestión. Usando sus enormes ingresos petroleros, el gobierno reemplazó los productos caseros y de cosecha propia con importaciones.
Pero la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, fue puesta en manos de compinches y también se hinchó, convirtiéndose de hecho en un brazo del partido. Fue lanzado al suelo y obligado a cortar su salida. Entre eso y las recientes sanciones estadounidenses, que aumentaron significativamente durante la administración Trump, una sociedad que alguna vez estuvo entre las más ricas del mundo se ha desmoronado.
Más de 5 millones de venezolanos se han ido en un intento desesperado por evitar la ruina.