(27 de noviembre de 2019. El Venezolano).- Asfixiada por el régimen madurista. Así cierra el 2019 la pequeña y mediana industria en Carabobo, donde las empresas de este sector trabajan al 20% de su capacidad instalada ante el colapso de los servicios públicos y una economía nacional contraída.
«No estamos cerrando positivamente el 2019 y, si no hay cambio en las políticas económicas, no vamos a iniciar el 2020 con expectativas favorables», señaló la presidenta de la Cámara de Pequeños-Medianos Industriales y Artesanos del estado Carabobo (Capemiac), Elizabeth Brandt Lores, en un balance que ofreció a los medios.
Capemiac está conformada por al menos 640 empresas, de las cuales un 80% logró sobrevivir a este año. Pero de ese porcentaje, ninguna supera el 20% de producción de su capacidad instalada, según datos revelados por la junta directiva de la cámara.
Brandt aseguró que los nueve sectores agrupados por Capemiac se han visto afectados por la crisis económica y de servicios. Entre los más golpeados están el de madera, construcción y metalmecánico. «Las grandes industrias a las que les pretábamos nuestros servicios, lamentablemente ya no operan en el país», agregó.
El quiebre de las industrias básicas del Estado, como la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Siderúrgica del Orinoco «Alfredo Maneiro» (Sidor) y Petroquímica de Venezuela (Pequiven) también ha sido un factor que ha afectado de forma negativa a la ecuación de las Pymes, debido a que han tenido que recurrir a la importación de la materia prima que antes conseguían en el país.
La importación de materia prima desde países vecinos, entre esos Brasil y Colombia, altera por completo las estructuras de costo de las industrias e impacta no solo en el bolsillo de los empresarios, sino también en el de los consumidores.
La representante de Capemiac resaltó que, pese a las dificultades, los empresarios hacen todo lo posible por mantener sus puertas abiertas. Incluso han recurrido al adiestramiento de sus empleados para evitar despidos ante la falta de producción. «Los invito a acercarse a la cámara y se informen sobre los talleres que estamos ofertando», dijo.
Fallas en los servicios
Es una cifra alarmante. Más de 90% de las empresas que conforman Capemiac son afectadas por el colapso de los servicios públicos como el de la distribución de agua o electricidad e, incluso, por el deterioro en el que se encuentra la vialidad de la zona industrial La Quizanda, al sur de la capital carabobeña.
Todas las fallas que se presentaron este año con la electricidad fueron perjudiciales para las empresas. Las horas de trabajo se tuvieron que reducir de ocho a apenas dos durante los mega apagones registrados a mediados del año, expuso Brandt. En la mayoría de los casos, esto causó pérdidas significativas para las empresas.
La también empresaria lamentó el estado de decadencia y deterioro en el que se encuentra el área industrial del estado. «La zona industrial de Carabobo fue una de las mejores del país, pero eso ya no es así«, criticó.
Sin incentivos
Nicolás Maduro ha prometido en reiteradas ocasiones que la reactivación de la economía y la eliminación de controles, pero han sido solo palabras. «No hemos sentido ningún tipo de incentivo por parte del Estado para reactivar la producción. Ni siquiera los bancos nos dan préstamos para incentivar».
A la falta de incentivos se le suma la imposición de nuevas trabas. Tal es el caso de la declaración del Impuesto a los Grandes Patrimonios (IGP) que ahora también deberán cancelar las Pymes. A juicio de Brandt, esto solo va a empeorar la situación del sector.
La petición de la junta directiva de Capemiac es clara y se resume a solo dos palabras: Libre empresa. «Que tengamos la libertad de trabajar y que hayan incentivos para que tengamos muchísimas empresas. Somos las pequeñas y medianas industrias las que le damos soporte a las grandes».