(08 de mayo del 2022. El Venezolano).- A unos 16 kilómetros (10 millas) del Río Bravo, la granja de Mike Helle sufre tal escasez de trabajadores inmigrantes que ha reemplazado 180 hectáreas (450 acres) de verduras de hoja verde, cuya cosecha se hace a mano, por cultivos que se pueden cosechar con máquinas.
En Houston, Al Flores aumentó los precios en su restaurante porque el costo de la carne se duplicó por la falta de personal inmigrante en las líneas de producción de las plantas empacadoras de carne. En la zona de Dallas, Joshua Correa elevó en 150.000 dólares los precios de las viviendas construidas por su empresa debido en parte a los aumentos de costos provocados por la falta de mano de obra inmigrante.
En un reportaje de AP reseña que después que la inmigración disminuyó en Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump —y se detuvo casi totalmente durante los 18 meses de la pandemia de coronavirus—, el país descubre que hay una escasez de mano de obra debida en parte a esos frenos.
Se calcula que el país tiene dos millones de inmigrantes menos de los que tendría si el ritmo se hubiera mantenido. Esto ha provocado una disputa desesperada por mano de obra en muchos sectores, incluyendo el empaquetamiento de carne y la construcción de viviendas, que también contribuye en la escasez y aumentos de precios.
“La falta de esos dos millones de inmigrantes explica en parte la razón por la que tenemos una escasez de mano de obra”, dijo Giovanni Peri, economista en la Universidad de California en Davis, que calculó el déficit. “En el corto plazo, nos ajustaremos a ese déficit en el mercado laboral mediante aumentos de salarios y precios”.
El factor laboral es uno de los que contribuyen a que Estados Unidos padezca su mayor inflación de los últimos 40 años; otros son los trastornos en las cadenas de suministro a causa de la pandemia de coronavirus y el aumento de los precios de combustibles y materias primas desde la invasión rusa a Ucrania.
Steve Camarota, investigador del Center for Immigration Studies, partidario de reducir la inmigración, cree que durante la presidencia de Joe Biden habrá un fuerte aumento de la inmigración no autorizada que compensará la escasez que aún persiste después de la pandemia. Sostiene además que los aumentos de salarios en sectores de bajos ingresos como la agricultura contribuyen poco a la inflación.
“No creo que los aumentos de salarios sean algo malo para los pobres y pienso que matemáticamente es imposible reducir la inflación con límites a los salarios más bajos”, dijo Camarota a The Associated Press.
La inmigración está regresando rápidamente a sus niveles prepandemia, de acuerdo con los investigadores, pero Estados Unidos necesitaría una fuerte aceleración para compensar el déficit. Dado el marcado declive de natalidad registrado en las últimas dos décadas, algunos economistas pronostican que la fuerza laboral potencial empezará a disminuir para 2025.
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