(02 de marzo del 2022. El Venezolano).- Daniel Ceballos está en boca de muchos. Su acercamiento a la junta ad hoc que controla los símbolos y la tarjeta de Voluntad Popular (VP) por mandato del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le valió el calificativo de «traidor alacrán» por parte de sus exaliados del partido fundado por Leopoldo López —quienes denuncian que la facción a la que se sumó es gobiernera— y alabanzas como «valiente» por parte de Diosdado Cabello.
Pero él dice que lo importante es reunificar y reinstitucionalizar el partido político. Y no duda en soltar más frases polémicas, como cuando afirma a TalCual que «para la venidera elección de 2024 no compro la idea de la urgencia de que aquí hay que salir de (Nicolás) Maduro para hacer política o para poder producir, emprender o estudiar. Aquí está Maduro como presidente y ya».
La tolda naranja tiene una dirigencia y un liderazgo claro, aunque buena parte del mismo esté fuera del país. Luego, están quienes recibieron del TSJ la tarjeta, renegaron de sus excompañeros, desconocieron la presidencia de la Asamblea Nacional en manos de Juan Guaidó, se sumaron a la Alianza Democrática y sacaron en las regionales del 21 de noviembre pasado apenas 67.975 votos —convirtiéndose en el partido de esa coalición con arrastre electoral, después de Cambiemos de Timoteo Zambrano (26.361 votos).
En Margarita, José Gregorio Noriega encabezó un Encuentro Federal de Activistas al cual se incorporó Ceballos. Juntos, luego afirmaron que la meta es reorganizar la tolda, para cumplir con el mandato dado por la Sala Electoral del TSJ de convocar un proceso de elecciones internas antes del 9 de julio.
En paralelo, el Voluntad Popular con el que se identifica Leopoldo López tiene una Comisión de Revisión, Reorganización y Relegitimación que encabeza Freddy Superlano con la misión de renovar las direcciones nacional, regionales y municipales en junio próximo.
¿Puede haber coincidencias? Daniel Ceballos dice que aspira haya diálogo y reencuentro, a pesar de la campaña de desprestigio en su contra: «Entre Rusia y Ucrania hay una mesa de diálogo y se están matando en las calles. De mi parte están todos los puentes tendidos con Superlano, con Adriana Pichardo y con todo el que tenga que hablar. Debe haber un espacio para la resolución de conflictos. Esas instancias existen dentro del partido, pero hay que empezar por reconocernos. Esa es una de las tareas de impulsar la democratización, porque el partido desde que se fundó tampoco ha hecho ningún proceso así y parte del conflicto y de la crisis que sufre es porque no hemos practicado la democracia a lo interno».
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