(06 de agosto del 2021. El Venezolano).- Luigi Morena Di Sarli nació presuntamente en Sicilia, Italia, el 28 de marzo de 1930. Después de la segunda guerra mundial, todos los países, en especial Italia, quedaron sumidos en extrema pobreza, hambre y falta de recursos financieros. La familia de Luigi no era la excepción y planificaron salir y venir a América. Según sus propias palabras Luigi llegó a la ciudad de Maracaibo, Venezuela, después de un largo viaje en barco, en 1952 y tres meses después estaba vendiendo arepas. Rápidamente se estableció en un pequeño quiosco que estaba localizado en la esquina de la Avenida Bellavista y la Avenida Cecilio Acosta en aquél incipiente comercio de una ciudad que comenzaba su desarrollo con el auge de la producción petrolera y la expansión de una agresiva y productiva agroindustria. Conocemos que Luigi vino a Maracaibo junto con otros dos hermanos pero no recordamos sus nombres.
Pues bien, Luigi se estableció en su pequeño negocio o quiosco donde vendía unas arepas que se convertirían en un plato favorito de los zulianos y parada obligada para todos aquellos maracuchos que después de unas cuantas cervezas querían disfrutar de unas deliciosas arepas antes de retirarse a dormir. Luigi compraba las arepas a varios fabricantes de la ciudad que las suplían en cajas de cartón y todas eran del mismo tamaño y mismo peso. Estas arepitas eran cortadas a la mitad y se freían en aceite quedando tostadas y crocantes. Lo más importante es que Luigi horneaba pernil de cochino o cerdo y una vez cocinado iba cortando, con un cuchillo muy fino, lonjas de pernil con las cuales rellenaba las dos tapas de arepas fritas que ya había preparado. Además cortaba queso blanco en pequeños cuadros que también freía en una olla especial que tenía para ello. Finalmente, en otra olla sobre la cocina preparaba una especie de caldo con partes del pernil, salsas y otros condimentos con lo que él mismo bautizó como ‘agüita de sapo’. De esta manera Luigi ofrecía arepas fritas tostadas rellenas de pernil horneado cortado en finas lonjas, queso frito y todo bañado con la famosa agüita de sapo. Se asemeja a un coctel tipo molotov o una inyección intravenosa de colesterol. Que importa! Era imposible comerse solo una.
Cada vez que lo visitaba me comía al menos cuatro de ellas, con doble queso frito y una Coca Cola bien fría. Conocí a Luigi en la década de los 60’s cuando tenía su negocio diagonal al recordado Rapallo que era un salón de billares y dominó donde asistíamos con frecuencia acompañado de mis mejores amigos y compañeros de estudio. Nunca fui un buen jugador de billar (Carambolas) pero tratába de imitar a aquella figura de Hollywood que era invencible y que inmortalizó Rudolf Walter Wanderone popularmente conocido como Minnesota Fats. El Rapallo estaba ubicado en la Avenida Bellavista en la esquina de la Calle 68 a pocos metros de donde Luigi tenía su quiosco. Después de jugar un par de horas íbamos caminando al quiosco de Luigi a comer estas deliciosas tostadas. El pequeño negocio se llamaba Tostadas Malancone cuyo nombre me llamó la atención. Un buen día, mientras esperaba la orden de tostadas que había pedido, personalmente le pregunté a Luigi de donde había salido este nombre. Le pregunté: “Usted se llama Luigi Malancone?”, a lo que me respondió que no y me contó la siguiente anécdota. Me dijo en el momento, con su sutileza italiana, que en 1956 en uno de esos días con pocos clientes, llegó alguien quien pidió 50 arepas para llevar pero estaba súper apurado de manera que le ofreció 1 Bs de propina por cada arepa, si las terminaba en media hora. Luigi se afanó con sus mejores habilidades y terminó las 50 arepas en solo 25 minutos. El cliente totalmente satisfecho le pago sus arepas, le brindó la propina y le dijo con máxima expresión: ‘Vergación Luigi sois más rápido que Malangone’.
Este cliente se refería a John J. Malangone quien fue un jugador de béisbol promesa de los Yanquis de Nueva York. De ascendencia italiana, John tenía todas las condiciones para ser el reemplazo de Yogi Berra como cátcher estelar del equipo de ligas mayores. Malangone nació en Nueva York en 1932 y vino a la Liga Occidental del Béisbol Venezolano en la temporada de 1954-55 con el equipo Espadón BBC junto con Gavilanes de Maracaibo, los Lácteos del Pastora y los Petroleros de Cabimas. Aunque Malangone se entrenaba como cátcher, durante dicha temporada participó como pitcher y se lució porque tenía una recta o lanzamiento rápido que estaba por encima de las 90 mph, era prácticamente de humo. Adicionalmente fue líder en jonrones (7), dobles y carreras empujadas para liderar esas categorías en la temporada. Aunque fue un prospecto muy promisorio para los Yanquis, John Malangone nunca llegaría a ser grande liga, padeció de esquizofrenia, y tuvo múltiples problemas de conducta que afectaron totalmente su carrera deportiva.
Hollywood hizo una película en su honor que se titula, en inglés, The Long Road Home, protagonizada por Mark Harmon, Lee Purcell & Morgan Weisser. Por alguna razón que desconocemos el nombre Malangone se tergiversó a Malancone y así se quedó por siempre.
Cada vez que visitábamos a Luigi, siempre estaba acompañado de su esposa quien le ayudaba en el servicio y cobro de sus tostadas, que llegaron a ser un verdadero plato gastronómico en la ciudad al igual que los pastelitos y las mandocas. Además estaba pendiente de los pedidos faltantes para que estuvieran a tiempo. Malancone siempre tenía algún chiste o alguna anécdota que contar y siempre estaba muy activo, serio, pero dispuesto a brindarte una sabrosa arepa de pernil bañada en su inigualable agüita de sapo.
Uno de los hermanos de Luigi fundó un negocio similar, con las mismas arepas, que se llamaba Tostadas San Benito y estaba localizada en la Avenida Santa Rita (8A) y la Calle 60. Varias veces tuve la oportunidad de comer allí pero aunque las tostadas tenían la misma receta y lucían igual, no tenía el verdadero sabor que Malancone les había dado.
Con los años Malancone mudó su negocio a otros sitios dentro de la Ciudad. La última vez que lo vi fue en los años 80’s y su negocio quedaba en la Avenida 5 frente a la plaza 19 de Abril, al final de Bellavista cerca de la Plaza El Ángel. Siempre acompañado por su esposa, tenía un hermoso Chevrolet Caprice Classic modelo 1980 y sus tostadas estaban mejor que nunca.
Malancone obtuvo la ciudadanía venezolana, su cédula era 3.652.218, amaba nuestra tierra, amaba su trabajo y allí, en su ciudad, dejó de existir en el año 2008. Sin embargo su legado continúa y todavía pueden conseguirse estas deliciosas joyas culinarias en la Avenida Bellavista frente al CC Costa Verde, muy cerca de donde originalmente él comenzó su negocio.
Rubén Hernández García
Ciudad de Panamá