(16 de agosto del 2020. El Venezolano).- En situaciones tan fatídicas como la que vive nuestro país no se puede ser ambiguo, no se puede ser neutro, no se puede ni se debe porque es injusto, ser imparcial ante las inverosímiles y espeluznantes realidades que cada venezolano vive; es inhumano defender cualquier actuación que les dé una micra de respiro a los asesinos de nuestro país. Hace más daño el indiferente, el imparcial, el supuestamente equilibrado que el que sólo con ver lo que está sucediendo a nuestro pueblo, se vuelve radical ante tanto dolor, miseria, injusticia y tanta maldad en contra de quienes no hacen otra cosa que sobrevivir al peor maltrato sufrido jamás por nuestra gente. Es trillado decirlo pero es muy necesario porque al ver la situación política, las posiciones y pronunciamientos de quienes se mantienen distantes de esa patética realidad nos percatamos de que se les puso borrosa la verdad, la de niños comiendo de la basura, ancianos muriendo de mengua, familias huyendo de su patria,servicios sin funcionar, robo de nuestras riquezas, invadidos por terroristas y guerrilleros y una aterradora infinidad de calamidades.
La formación que uno recibe para nada está reñida con ver la verdad, difundirla y defenderla por encima de todo. Nací en un hogar católico, con buenas costumbres, mi madre una mujer hoy octogenaria no abandona su legión de María y sus consecuentes rezos por el prójimo y en sus súplicas a Santo Domingo de Guzmán, santo patrono de mi adorado pueblo, por la salud de la gente. Desde muy joven me llamaban la atención y me gustaban los regulares y contundentes pronunciamientos de los voceros de la Conferencia Episcopal venezolana, para mí eso era imperdible pues venían cargados de críticas constructivas y de firmes exhortos al gobierno de turno, con llamados al cumplimiento de sus deberes como gobernantes.
En los tiempos tan difíciles que vive Venezuela y desde mi humilde óptica, el último pronunciamiento de los voceros de la Conferencia Episcopal ha sido el peor de toda su historia, decepcionante y contradictorio, con un contenido inesperado, abriéndole un gran hueco a la gran credibilidad y respeto que todos los venezolanos le tuvimos y que según todas las encuestas llegó alcanzar hasta un 90 % de aceptación o sea, fue uno de los poderes más estables del país y hoy pasa a engrosar las filas de las instituciones con mayor rechazo, según encuestas de está semana ubicándose en un 60 %.
Analizando dicho comunicado en el numeral tres en donde admiten todas las irregularidades y afirman que es «INMORAL CUALQUIER MANIOBRA QUE OBSTACULICE LA SOLUCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL DE LOS VERDADEROS PROBLEMAS». Es increíble lo declaran INMORAL, enumeran las irregularidades y luego hacen está afirmación y exhorto: «LA PARTICIPACIÓN MASIVA Y NECESARIA PODRÁ VENCER LOS INTENTOS TOTALITARIOS, VENTAJISMO».
Como nos pueden convocar a la participación si ya la catalogan de INMORAL, es una contradicción a los principios humanitarios, del respeto a los Derechos Humanos y respeto a los demás que pregona la iglesia.
Con un discurso muy parecido a los llamados opositores a la medida del régimen traen a colación las elecciones del año 2005 que no tienen ningún punto de comparación, si a ver vamos, las elecciones del referendo del año 2007 para la reforma de la Constitución, la oposición ganó dicho referéndum ¿ y qué pasó? Sin el más mínimo marco legal impusieron las leyes del poder popular que estaban en el proyecto de reforma, desconocieron los resultados electorales y violaron la Constitución, hicieron como siempre, los que les dió la gana. En el año 2015 votaron más de 14 millones de electores y se ganó una mayoría calificada y todos sabemos lo que sucedió, se burlaron descaradamente de los millones de Venezolanos que sufragaron. Lo que no ganan lo arrebatan, esos son unos agentes de los cubanos que jamás van creer en elecciones y mientras haya quienes les den chance de participar en nuestra política luego de haber masacrado a cientos de miles de nuestros hermanos, nos seguirán saqueando y considerando una vulgar provincia Cubana.
A la alta jerarquía de la Iglesia Católica venezolana, estimados obispos se les olvidó analizar las elecciones de la Constituyente en el año 2017 en las cuales la empresa que llevó el sistema electoral del Consejo Nacional Electoral durante 14 años consecutivos, fue Smartmatic y fue denunciada por un técnico directivo de la empresa después de los resultados de dicha elecciones, reportó un fraude por más de millón y medio de votos, o sea, la misma empresa que manejo el sistema del CNE. ¿Qué hay con esto, no es falta de moral apagar esa aberración?
También se les olvidó a los Obispos analizar las elecciones de gobernadores, tres meses después de la constituyente, cuando todas las encuestas daban 18 gobernaciones a la oposición y Nicolás Maduro aparecía con 85 % de rechazo y los resultados fueron al revés de lo pronosticado por todas las encuestas, resaltando el fraude más descarado el de la gobernación del estado Bolívar, y hoy por hoy uno de los recién designados rectores del CNE admitió que si hubo fraude.
Recuerden representantes de la iglesia, que después vinieron las descaradas y fraudulentas elecciones presidenciales del año 2018 «validadas» con la participación, tal como ustedes pretenden validar este nuevo llamado, del ex gobernador Henry Falcón como candidato presidencial de parapetos, con la incoherencia mayor de no reconocer los resultado por razones obvias, pero ya anunció que volverá a participar en las elecciones regionales y de premio le acaban de regalar un rector en el nuevo Consejo Nacional Electoral, ya que es miembro de la dirección Nacional de su partido. Repito el dicho muy popular en Caicara mi pueblo, por más que te tongonees siempre se te ve el bojote.
Lo más sorprendente es que no haya salido ningún Obispo salvando su voto o su posición tan fuera de lugar y de compasión que debe ser un valor católico inalienable.
No se realmente si en los reglamentos internos de la Conferencia Episcopal los pronunciamientos y comunicados son necesariamente por unanimidad.
Tampoco tomaron en consideración los Obispos a la comunidad internacional quienes en su mayoria ya desconocen las elecciones regionales, como la Comunidad Europea, grupo de Lima y los más de 60 países que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino.
En mi reflexión desde la cárcel del exilio concluyo que la formación intelectual de nuestros Obispos no está en discusión, casi todos tienen un doctorado en filosofía pero al mejor cazador se le va la liebre y como católico le pido a mi Dios que los haga reflexionar y los encause por el camino de la verdad y puedan rescatar el respeto y la credibilidad que siempre tuvieron de todo el pueblo venezolano; ademas imploro para que no permita que caigan ni hagan caer en confusión a una feligresía tan golpeada por los demonios del narcocomunismo que son ateos y engañan invocando a Dios.
Mi inquebrantable Fe en que la mano de nuestro Padre Creador pronto intercederá para liberarnos del peor sufrimiento que nos ha tocado de manos corruptas e infames y abrirá la conciencia de nuestros respetables representantes de la iglesia católica. Seguro de que haremos de nuevo causa común para lograr el bienestar de los venezolanos, continúo en la denuncia con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio «El Gato» Briceño Torrealba
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