(01 de septiembre del 2023. El Venezolano).- La campeona del mundo Jenni Hermoso lleva una semana sumida en el silencio desde que denunció que el beso en los labios que le dio el presidente de Federación española de fútbol, Luis Rubiales, en la premiación del Mundial, no fue consentido y se consideró «víctima una agresión machista».
Pero, en ese lapso, el entorno del ahora suspendido presidente y un sector conservador de la sociedad española ha desplegado una campaña de acoso para revictimizar a la jugadora, quien ha recibido un apoyo mayoritario entre la opinión pública.
«Una cacería humana y sangrienta»
El primer acto que desconcertó a la opinión pública fue protagonizado por la madre de Rubiales, Ángeles Béjar, que resolvió el lunes encerrarse en una iglesia de Granada (sur) y declararse en huelga de hambre en protesta por la «cacería inhumana y sangrienta» contra su hijo.
Béjar aseguró que no hubo ningún abuso de parte de su hijo contra Hermoso, al existir –según su criterio- «consentimiento por ambas partes, como queda demostrado en las imágenes». De hecho, la señora fue más allá al retar a la futbolista a decir «la verdad» y a mantener «la versión que tuvo al principio de los hechos».
Su idea era consagrarse a esa forma de protesta «de forma indefinida» porque, según dijo, no le importaba «morir por la justicia». No obstante, el miércoles abortó su propósito, tras sufrir unos problemas físicos y «un estado de estrés», que la llevaron unas horas al hospital.
«Jenni, di la verdad»
También las primas de Rubiales responsabilizaron a la jugadora por el supuesto «linchamiento mediático» del dirigente. «Queremos que Jenni diga la verdad. Que por qué ha cambiado tres veces su declaración», aseveró una de ellas, poniendo en duda la denuncia de Hermoso.
«La chiquilla que está celebrando con todos y a los tres días ella con un comunicado de que ha sido agresión. Pero vamos a ver, ¿estamos tontos?«, declaró otra.
Poco después se filtró un video en el que la deportista bromeaba sobre lo ocurrido con otras compañeras de equipo, mientras viajaba en el autobús de la selección tras la victoria.
En la grabación, publicada por la cuenta @Alvise_Oficial en X (antes conocido como Twitter), se ve a Hermoso mostrando la foto del beso en la pantalla de su móvil y comparándolo con el que el exguardameta de la selección española Iker Casillas le dio a su novia, la reportera Sara Carbonero, cuando lo entrevistaba tras ganar la final del Mundial de 2010 en Sudáfrica.
Después se supo que el tuitero Alvise Pérez, un personaje muy polémico, difundió el video editado con el objetivo de cambiar la narrativa dominante e intentar «demostrar» que Hermoso habría consentido el beso.
Pérez colgó además mensajes amenazantes contra la jugadora, como el hashtag #JenniAPrisión». Su cuenta en esa red social fue suspendida.
En paralelo se difundió un video en el que se veía a Hermoso y a Rubiales abrazándose en el podio, segundos antes del polémico beso.
«El falso feminismo»
Después del suceso, Rubiales echó más leña al fuego. En una asamblea extraordinaria celebrada días después del escándalo y en la que todo el mundo pensaba que iba a dimitir, el directivo no solo no se retractó sino que se dijo víctima de un «asesinato social». En esa línea, arremetió contra el «falso feminismo» al que calificó como «una gran lacara» en España.
Ahí dio una versión radicalmente distinta de lo ocurrido. Dijo que el beso, «que fue más un pico, fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido» y que no hubo «posición de dominio».
«Ella [Hermoso] me levantó del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos, me acercó a su cuerpo. Le dije que se olvidara del penalti fallado y me respondió: ‘Eres un crack’.‘¿Un piquito?’, le pregunté. ‘Vale’, me contestó. Se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose», declaró.
Y advirtió: «Hay mucha gente que, aunque silenciada, me está apoyando. Yo diría más que en contra».
Según el medio deportivo Relevo, Rubiales le pidió a la jugadora, sin éxito, que apareciera en el video de disculpas que publicó poco después del beso e incluso le solicitó que lo defendiera en un comunicado conjunto, a lo que ella se habría negado.
Tibieza y apoyo a Rubiales
El escándalo desató una firme condena del gobierno de Pedro Sánchez y de todas las fuerzas progresistas en España. En el Partido Popular (PP), el rechazo fue más tibio.
La portavoz, Cuca Gamarra, calificó de «bochornosa» la actuación de Rubiales, pero su líder Alberto Núñez Feijóo, en su primer mensaje sobre el caso, aprovechó para cargar contra el gobierno de Sánchez contra la llamada ‘ley del solo sí es sí’, un texto contra la violencia de genero aprobado en su legislatura que provocó reducciones de pena y excarcelaciones.
Ella [Hermoso] me levantó del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos, me acercó a su cuerpo. Le dije que se olvidara del penalti fallado y me respondió: ‘Eres un crack’. ‘¿Un piquito?’, le pregunté. ‘Vale’, me contestó’. Se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose”,
«Hablemos de los actos protagonizados por Luis Rubiales, por supuesto. Pero hagámoslo también de esto porque la gravedad de los hechos es innegable», dijo en referencia a una noticia de un violador beneficiado por esa ley que intentó reincidir.
También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que muchos ven como sucesora de Feijóo en caso de que este fracase en su intento de investidura a finales de septiembre, rechazó, con críticas a Sánchez, el «impresentable comportamiento» de Rubiales, sin especificar si se refería al beso o al hecho de que se tocara los genitales en el palco de autoridades a escasos metros de la reina Letizia y la infanta Sofía.
«Qué interesante que la prensa internacional se ocupe del impresentable comportamiento de Rubiales, pero nadie denuncie el boicot a la Vuelta Ciclista por parte de los independentistas, los que negocian con Sánchez. Vivimos una manipulación total», dijo al comentar el asunto más de una semana después.
No al «relato de la izquierda»
Como era de esperar, el ultraderechista Vox, socio de gobierno del PP en varias comunidades, se puso del lado de Rubiales.
«Denunciamos la cacería política y mediática a la que se está sometiendo personalmente al señor Rubiales. Y nos negamos a comprar el relato de la izquierda que pretende ocultar el fracaso de la ‘Ley del Sí es Sí’, y blanquear a quienes la han promovido causando la excarcelación masiva de delincuentes sexuales», escribió en las redes sociales el partido, que reconoce la violencia de género.
La polémica, además de numerosos memes, está dejando escenas surrealistas, como la de una defensora de Rubiales que intentó besar en la boca y tocarle los genitales a un reportero en directo, frente a la iglesia en la que la madre del dirigente se encerró en huelga de hambre.