No hemos terminado de entender lo que ocurrió en Macuto Estado Vargas, para amanecer el domingo 3 de mayo.
Lo que puedo decir es que hay dos engañados: El pueblo y el gobierno chavista.
La operación GEDEON.
¿Era una operación de qué? De confrontación, no creo. Quizá un señuelo. Quizá un modo de incitar, de convencer o promover a los oficiales verdaderamente patriotas de ejercer su deber de policía constitucional.
Detuvieron un grupo de manera tan “infantil”, ¿Sería solo para distraer?
La pregunta es ¿Cuantos lograron entrar? Inteligencia de Colombia y Estados Unidos sabían de los eventos, ¿por qué no los impidieron? Lógico el deber es negar cualesquier participación.
Cliver fue el cerebro. Omaña fue otro papel. Si eran dobles agentes las consecuencias serán terribles.
El diputado Hernán Alemán, para el momento de hacer esta columna desmentía al Presidente Maduro y seguía muy tranquilo en Colombia.
Entiendo a Guaidó al desconocer su autoría. No debió ni siquiera hablar.
JJ Rendón confirma existencia del contrato con la empresa de USA y aun suponiendo que no firmón, Guaidó debió tener conocimiento de lo hecho por uno de sus principales asesores.
Se reivindica Patricia Poleo y las pruebas presentadas
De Colombia me dicen: GEDEÓN No ha terminado. Antes de 15 días sabremos más.
El problema para Guaidó, son las dos cartas que en el póker político tiene ahora Nicolás. Esa situación hace cambiar a un negociante como Trump.
La crisis de Teherán hizo perder a un buen presidente como Jimmy Carter. La explosión de un tren por los etarras, se llevó otro buen presidente como Aznar. Con resultados de triunfo casi en sus bolsillos.
¿Pudiera negociar Trump? Pudiera también no hacerlo. Él no es un político de escuela. Esos dos ciudadanos pueden lograr su abstención o precipitar su acción si algo les pasa.
Compren cotufas…(palomitas de maíz le dicen aquí en Estados Unidos)