(20 de abril del 2020. El Venezolano).- “lo mal habido se lleva el diablo”, reza un dicho por el afán desmedido de acumular dinero y apropiarse de bienes jenos, llegándose a extremos intolerables con pérdida de los valores morales. Sin cuestionamientos, constituyen las evidencias que reveló un tribunal federal sobre unos cuantos millardos de dólares saqueados del erario público de Venezuela, productos del establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital mediante corrupción, criminalidad y sus conexos institucionalizados (cleptocracia), según documentos judiciales, dinero que se halla congelado en poder de la reserva federal, por lo que EEUU certificó la autoridad de Juan Guaidó para controlar activos venezolanos, así como para decidir y controlar sobre ciertas propiedades a cuenta del régimen de Venezuela o del BCV en poder del banco de la Reserva Federal en Nueva York o de cualquier otro banco asegurado de los EEUU, producto de la trama de lavado de dinero para corrupción y narcotráfico entre PDVSA y Banco San Juan (BSJI). En efecto, AN aprobó el traslado de fondos del BCV en Citibank a la Reserva Federal en Nueva York. Y, aprobó, además, recursos en el marco de la Ley Especial del Fondo para la liberación de Venezuela y Riesgo Vital mediante una cuarta sesión remota, el día miércoles 15/4, cuando también se debatió sobre la escasez de gasolina y violación sistemática de los DDHH en el marco de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19.
Tal recuperación, equivalente a unos 15 mil millones de dólares, no está a la vista del gobierno interino, sino alejado del régimen de Maduro a fin de que no lo continúe malversando y/o robando, según el doctor Gustavo Tarre Briceño, embajador de Venezuela ante la OEA, pues para poder utilizarse es necesria una autorización expresa de la Oficina de Administración de Activos Extranjeros del Departamento del tesoro (OFAC).
Sin embargo, faltaría saber sobre haberes en los paraísos fiscales, no tan difícil investigarrlo, aunque no existan cotroles en éstos.