(12 de mayo del 2023. El Venezolano).- El fin de las restricciones al asilo impuestas durante la pandemia podría enviar una nueva oleada de solicitantes de asilo hacia la ciudad de Nueva York, un lugar que durante mucho tiempo se ha enorgullecido de acoger a las masas que anhelan libertad. Pero mientras los inmigrantes se concentraban en la frontera sur de Estados Unidos, el alcalde Eric Adams advertía que su ciudad no podría dar cabida a la previsible afluencia.
Las autoridades municipales, que esperan recibir autobuses cargados de inmigrantes procedentes de Texas y otros estados fronterizos, han estudiado la posibilidad de alojar a los recién llegados en hangares, un hipódromo, gimnasios o incluso tiendas de campaña en Central Park. Otros podrían acabar en la calle, temen los activistas, a pesar del compromiso de la ciudad, ordenado por un tribunal, de proporcionar a todos los residentes acceso a un lugar donde alojarse.
AP reseñó que ante lo que describió como una “crisis humanitaria”, Adams, un demócrata, ha tomado una serie de medidas destinadas a aliviar la presión sobre el saturado sistema de albergues de la ciudad para personas sin hogar.
El miércoles por la noche suspendió temporalmente parte de la antigua ley neoyorquina que garantiza alojamiento a todos los residentes. Unas horas más tarde, envió a unas dos docenas de inmigrantes en autobús a un hotel de la ciudad de Newburgh, al norte del estado, haciendo caso omiso a la oposición de los dirigentes locales.
La “estrategia de descompresión” de Adams supone la última escalada en la lucha de la ciudad por atender a decenas de miles de inmigrantes, muchos de los cuales han llegado en el último año en autobuses enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Otras ciudades de tendencia demócrata, como Chicago y Denver, también han tenido que lidiar con un número creciente de inmigrantes y con cómo proporcionarles alimentos, medicinas y refugio sin una financiación federal significativa.