(18 de abril del 2021. El Venezolano).- Hay situaciones que ni siquiera debían ser aclaradas, ni discutidas, deberían ser objeto de un consenso universal, de unanimidad absoluta. Podemos disentir en posiciones de mil maneras, especial enfocados en las ideológicamente opuestas pero siempre y cuando los básicos, elementales derechos humanos tengan respeto.
No puedo concebir a algún ser que se considere humano, que esté a favor de la trata de niños, acabando con su inocencia reclutandolos para empuñar armas, el resto de infantes creciendo malnutridos y empobrecidos al extremo, o apoyando que los ancianos, quienes con su trabajo levantaron familias e hicieron progresar un país, no tengan protección social ninguna, por el contrario solo reciben maltratos y desidia.
Por lo tanto y sin medias tintas, considero inhumanos a todos los degenerados miembros de esta banda criminal que gobierna nuestra patria, los causantes de la desastrosa realidad venezolana en la cual ni el derecho a la vida y a la salud está garantizado. No hay tregua ni chance de conciliación con quién asesina día a día con intención, premeditación y alevosia al pueblo que alguna vez les confió los destinos del país. No cabe, no es ético ni honesto intentar rendir pleitesía a quienes gozan con el sufrimiento de los más desvalidos y lo que es peor, con el fin de tener cada vez más y más fortuna y poder.
Sin embargo y muy a mi pesar, hay venezolanos de distintas tendencias y con cartapacios de justificaciones que han recorrido la ruta del diálogo, sabiendo que los interlocutores son y tenganlo claro, siempre serán hipócritas, resbalosos y falsos a todo lo que se pueda con ellos acordar. Y a las pruebas me remito, hay «resultados» de dichos diálogos con lo que mis palabras se puedan confirmar que se resumen en: burla, incumplimientos, retraso para ganar tiempo y seguir delinquiendo impunemente.
Con el narcocomunismo el camino del diálogo es inútil y bochornoso. Hay un viejo adagio popular que expresa que las mentiras tienen patas cortas, o lo que es lo mismo, creer y hacer compromisos o negociaciones con desechos de la sociedad o malandros de está estirpe es autodenigrarse.
El pasado seis de diciembre se efectuó un simulacro de elecciones parlamentarias, patrocinadas y orquestadas por la narcotiranía, para lo cual armó unos combos de regalo como si fueran una cajas del CLAP algunas diputaciones, escogiendo a ciertos mequetrefes o COPRÓFAGOS quienes se autodenominan de oposición ya previamente «palabreados» para que bailaran al son que les toquen los narcobandoleros, sus amos pues, con sus respectivas porciones de sustancias, polvos blancos, el combo incluye todo, viajes, dividendos y toda la fortuna economica que otorga ese mundo del tráfico internacional de drogas. Obviamente el mundo civilizado y las democracias auténticas, desconocieron de inmediato semejante adefecio de elecciones legislativas.
La ilegítima Asamblea Nacional lo primero que hizo fue nombrar una comisión especial para el diálogo nacional presidida por Jorge Rodríguez y de Vicepresidente Luis Eduardo Martínez ex gobernador del estado Monagas, con el claro objetivo de presionar al nuevo gobierno de los Estados Unidos para que suspendiera las sanciones económicas pensando suspicazmente que por el cambio de gobierno en el norte obtendrían esa anuencia a sus fechorías; pues dicha comisión murió al nacer porque Estados Unidos ratificó las sanciones en contra los narcobandoleros y no contra la República de Venezuela.
Continuando ese maltrecho camino de diálogos, se retoma recientemente a lo que me pregunto:¿ que pasa por la mente de quienes ven en esa posibilidad la salida a acabar con nuestra destrucción?.
Cuando en algún gremio profesional, organización sindical o empresarial se pierden los valores y principios morales, que deben practicarse cotidianamente, ocurre lo que le pasó al gremio empresarial más importante de Venezuela, agrupado en FEDECARAMAS (Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela) conformada por empresarios de todos los sectores económicos del país.
Esta organización está conformada por 14 sectores económicos: comercio y servicios, industria, construcción, turismo, financiero, seguros, agrícola, pecuario, minería, energético, transporte, telecomunicaciones, sector inmobiliario y medios de comunicación. Además está conformada por las Fedecámaras Regionales que en su conjunto totalizan 18 organizaciones.
Lo insólito es que quien más han sufrido los embates del narcocomunismo es este gremio, los empresarios conocen el resentimiento, odio, que tienen y expresan esos narcobandoleros desde hacen años contra la empresa privada y fueron tan «optimistas» que pensaron que los resentidos habían cambiado de conducta. Los narcobandoleros fueron más inteligentes al utilizarlos como condones porque después que se dieron cuenta de que el Gobierno Norteamericano no levantaría las sanciones y como es costumbre salió el capo mayor Nicolás Maduro a catalogarlos de nidos de víboras y de golpistas. O sea, botaron por la borda el prestigio institucional, por ser tan oportunistas. Los principios, valores y dignidad que los habían caracterizado desde los inicios de su fundación aquel 17 de julio de 1944 fueron estremecido por tal jugada alegando que no se «debía satanizar el diálogo en pro del futuro del país».
¿A quién se les ocurre reunirse, con resentidos, desconocidos por la comunidad internacional y solicitados por la justicia Norteamericana por narcotrafico y terrorismo internacional?
No dejo de pensar, desde la cárcel del exilio, que su posición suena como llaman en mi pueblo, Caicara de Maturin, a quienes cometen ese tipos de bajezas: les pasó por arrastrados y lambucios.
No sé cuanto tiempo más tomará para que logremos desterrar de Venezuela esta organización criminal que acabó con la patria, pero si sé que lucharé contra todo lo que tenga sello de comunismo hasta el fin de mis días, sin pausa y con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio «El Gato» Briceño Torrealba
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